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Escocia

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Vía: www.topofertas.com :Foros de viajes -Diarios de viajes

por lwrence

PROLOGO

Si imaginas carreteras que te llevan al fin del mundo, llenas de ovejas campando libremente por ellas…
Si imaginas paisajes increíbles…
Si imaginas lagos que aparecen de la nada…
Si imaginas castillos fantasmagóricos surgiendo en medio de verdes islotes…
Si imaginas un buen Whisky, apoyado en la barra de un concurrido Pub., escuchando música tradicional celta…
Si amas un paseo en silencio por playas de arena blanca y agua cristalina…
Si te imaginas habitando un castillo y compartiendo tu vida con caballeros, clanes y doncellas…
Si te preguntas el porque son tan bellas unas simples ruinas…
Si quieres saber lo que es la hospitalidad…
Si te seduce zambullirte en el caos de una ciudad en pleno festival de teatro…
Si no le temes a conducir diferente…
Si quisieras perderte en un pueblo oculto y compartir con ellos sus juegos tradicionales…
Si las leyendas de fantasmas te causan más admiración que desconcierto…
Si en cada pueblo esperas encontrar una estampa digna de la mejor postal…
Si el sonido de las gaviotas sobrevolando por encima de tus cabezas no te causa temor…
Si deseas sentirte mejor que en tu propia casa….
Entonces tu destino es Escocia…
Su vida, su agua de vida…
Tan lejos y tan cerca…tan distintos y tan iguales…
Escocia te sorprenderá…te atrapará… como me atrapó a mi.


SABADO 30 DE JULIO…….DIA 1º BARCELONA-LONDRES


LONDRES: CIUDAD POLICIAL.


Por mucho que viaje, nada me salva de que la noche antes de partir, se me apoderen unos terribles nervios y me pase la mitad de la noche en vela, mirando el reloj y deseando que suene cuanto antes. Y esta vez no iba a ser la excepción.

De nuevo, nuestro chofer particular, Carmen, se nos ofrecía voluntariamente para llevarnos al aeropuerto. Y ya van….

Antes de lo previsto ya estábamos haciendo cola en el mostrador de Easyjet que permanecía cerrado, y como éramos los segundos en la cola, supusimos que la facturación y embarque serian rápidos. Easyjet no te da billetes, y los primeros que facturan son los primeros que embarcan, tan solo después que las familias con niños. El avión era nuevo, casi se podía respirar el olor de recién estrenado y después de elegir donde nos apetecía sentarnos, nos dispusimos a esperar la hora de partida.
Debíamos de despegar a las 10.40 y estuvimos más de una hora dentro del avión esperando a que nos dieran la orden de despegar. La mañana soleada, se había convertido en una mañana lluviosa y gris, como si el tiempo que nos esperaba en Londres, hiciese ya acto de presencia en Barcelona.

Las anécdotas de los viajes suelen producirse en cualquier momento del mismo, pero pocas veces, suceden en las primeras horas.
Mientras por las ventanillas se empezaba a divisar la ciudad de Londres, Encarna me hizo la pregunta clave: ¿llevas el carné de conducir, verdad?....
Todo perfectamente organizado, meticulosamente preparado y repasado hasta la saciedad, pero aún así, mi permiso de conducir, que nos debía de servir para recoger el coche que teníamos reservado en Glasgow, se quedo dentro de mi cartera, y dentro de un armario del salón.
¿Y ahora que?...sin carné no hay coche, y sin coche no hay ruta por Escocia….

Después de recoger las maletas que salieron casi más rápidas que nosotros, en un banco de la terminal de Gatwick, empezamos a arreglar el desaguisado. Llame al Racc, y conseguimos una solución. Un taxi se desplazaría hacia el domicilio de mis suegros. El padre de Encarna que vive a 5 minutos de nosotros, recogería el carné, se lo entregaría al taxista y este lo llevaría al aeropuerto, a la terminal de Iberia Cargo, y desde allí en un vuelo a Londres Heathrow. Nosotros tan solo debíamos de ir a recogerlo a la terminal.
Había margen de tiempo pues era sábado y nosotros necesitábamos el carné el jueves siguiente….

Después de hacer un montón de llamadas entre el Racc, nosotros y mis suegros, conseguimos dejarlo todo atado, (o casi) y salir del aeropuerto.
Para dirigirnos al centro de Londres, y a la zona donde teníamos nuestro hotel, la mejor opción era el Gatwick Express, un tren que sale cada 30 minutos y que te deja en Victoria Station, una mega estación de tren y con varias líneas de metro que también llegan a ella. Compramos los billetes en unas maquinas de autoventa, pues las colas en las ventanillas eran enormes y después de pagar 13 libras por cada billete, (19.50 euros) nos fuimos hacia el tren. Puntualidad británica y unos trenes súper confortables.

En el aeropuerto ya nos dimos cuenta de la cantidad de policías que había, pero eso era poco con la cantidad que encontramos en Victoria Station.
Decenas de parejas de policía estaban por toda la estación, algunos empuñando sus armas en actitud vigilante. Y a uno de ellos que parecía mas un informador que no un guardia de asalto, le preguntamos por la calle del hotel, que debía de estar y estaba cerca de la estación. Nos indicó bien, pero se le olvidó un detalle que nos hizo dar varias vueltas inútiles con las maletas a cuestas. Algunas calles cambian de nombre en algunos lugares y la nuestra no la supimos ver, pues al llegar a ella, el rotulo de la calle, no correspondía con la que buscábamos.

Después de varias vueltas, llegamos al Hamilton House, en la calle Warwick Way, casi esquina con una calle principal, la Belgrave Road, llena de hostales y de B&B.
El hotel no era precisamente una monada, además no tenía ascensor y tuvimos que subir las maletas dos plantas por las escaleras enmoquetadas. Encontrar hotel en Londres céntrico y barato me costo bastante y el Hamilton House era lo mejor que encontré. Limpio pero algo cutrecillo.

Dejamos las maletas y nos fuimos de nuevo hacia la Victoria Station pues a la llegada vimos que en el piso superior de la estación había varios lugares para comer. Los precios, bastante más elevados que en Barcelona y al final después de mirar varias opciones nos quedamos en Kentucky Fried Chicken. Mientras comíamos, una llamada del Racc me confirmo que mi carné llegaría esta misma noche a Londres. La policía paseaba por los locales de la estación, mirando a todo el mundo y sobre todo a sus mochilas.

Después de comer, en las ventanillas de la estación compramos los billetes de tren para irnos a Glasgow el miércoles. El tren salía de la estación de King Cross a las 9 o a las 11 y llegaba casi a las 3 de la tarde o a las 5, pues hacia toda la ruta por la costa, y además paraba en Edimburgo. El billete de tren carísimo, 100 euros por persona.

En la estación hay una oficina de turismo donde conseguimos los primeros planos de la ciudad y del metro.

Decidimos dirigirnos hacia el Big Ben a pie, pues estábamos a poco menos de 15 minutos andando, por lo cual enfilamos la Victoria Street en medio de buses, taxis, y un montón de policías. En los cruces, hay en el suelo unas letras que advierten de que antes de cruzar se mire a la derecha….o a la izquierda… A veces cuesta acostumbrarse a mirar al revés que en Barcelona.

Caminando por Victoria Street nos encontramos con la catedral de Westminster, donde en su exterior, estaban haciéndose fotos los invitados de una boda. Entramos en ella sin intentar molestar a los invitados y antes de que alguna foto nos tomara como extras, seguimos hacia el Big Ben. La silueta del London Eye, emerge imponente flanqueada por las cabinas de teléfonos rojos que decoran la calle. En poco rato estuvimos ya en la Abadía de Westminter. Era tarde, y ya no dejaban entrar a visitarla; tan solo nos detuvimos a contemplarla desde el exterior. Imponente. Lugar de funerales, de reposo final de reyes y de coronaciones reales, su silueta exterior es impresionante.
Levantando la vista, la silueta del reloj más famoso del mundo, asomaba desafiante entre los nubarrones que amenazaban lluvia, y debajo de él una concentración pacifista contra todas las guerras posibles le ponía un toque de color en una tarde gris.

El Big Ben, parece mas pequeño cuando se esta frente a el. El nombre de Big Ben es el que se le da a la campana que suena al tocar las horas, pero siempre el Big Ben es para todos el reloj. Cruzamos el Támesis por el puente de Westminster que esta en obras, y a la derecha van apareciendo las siluetas de las Casas del Parlamento, y a la izquierda la impresionante London Eye, que a primera vista da la impresión de que esta parada, pues su movimiento es muy lento.

Nos acercamos hacia el London Eye, que no estaba demasiado concurrido. Su encanto es poder disfrutar de unas vistas excepcionales de todo Londres, y como el día estaba nublado y con momentos de lluvia, no era el mejor momento para subirse a ella. Al lado de la noria una exposición sobre el universo de Dalí atraía más público que el London Eye. El acuario que también esta en la misma zona, estaba ya cerrando.
Con algún pequeño rodeo y sorteando las obras que nos encontrábamos, llegamos a la estación de Waterloo, que es donde salen los trenes que van a Salisbury. Y a Salisbury queríamos ir para poder visitar Stonehenge. Comprobamos los horarios de los trenes, vimos otra vez la omnipresencia policial por toda la estación y después de utilizar los baños de la estación, de pago, volvimos por donde habíamos venido.

De nuevo el Big Ben nos recibía, ahora que la lluvia había cesado y el sol mostraba sus últimos coletazos del día, más radiante que antes y caminando un poco mas nos adentramos por el parque de Saint James: Patos, cisnes, pájaros y ardillas se acercaban a saludarnos. Eran las 8 y media de un sábado noche, y las calles adyacentes al parque, estaban desiertas. Tan sólo la Piccadilly Sreet, mostraba algo de vida. Cenamos en el Garfunkels, mientras la noche se iba apoderando de las calles y las luces de neón de los letreros luminosos de Piccadilly Circus empezaban a congregar a cientos de turistas.
Durante la cena, el Racc me llamó para comunicarme que mi carné de conducir ya estaba en Londres.

Cogimos un autobús para que nos llevara a Victoria Station. El billete de autobús vale 1.20 libras (1.80 euros). Atravesamos la estación pues era la manera mas rápida de llegar a nuestro hotel, y después de zapear algo la televisión dimos por concluido nuestro primer día de viaje… mañana debíamos recoger el carné y explorar mas Londres.

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20/07/2007ir arriba
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