Se ha dicho hasta la saciedad, cada vez que alguien habla de ella, que es una de las ciudades más bellas y atrayentes de la tierra. Roma. La Ciudad Eterna.
La cuna de la civilización y de la cultura. Una ciudad monumental, arrebatadora, apasionante, familiar, bulliciosa, pero sobre todo, mágica. Roma es una ciudad que nunca termina de asombrar y encantar a quien pone sus pies en sus bulliciosas y aparentemente caóticas calles y que se atreve a perderse por sus foros o sus siete colinas.
Toda ella es capaz de seducir al viajero como si fuera una mujer hermosa, vestida siempre con sus mejores joyas, para que la seducción de quien se acerca e ella sea completa y sorprendente.Y entre todas sus joyas, destaca como icono universal el Coliseo y el cercano Arco de Constantino.
Muy cerca de ambos, la Avenida de los Foros Imperiales y romanos permite descubrir el pasado de una ciudad que fue dueña del mundo, y dejó como legado, su rico patrimonio cultural que emerge de la tierra para asombro del visitante.
Porque Roma es así de generosa, y como está repleta de arte por los cuatro costados, sólo pide al paseante que confíe en ella, que se deje llevar por sus ojos, por su sensibilidad, para mostrarle aún en la más recóndita de sus calles, ese pasado grandioso que transciende más allá de los abundantísimos restos arqueológicos, de los que las mejores muestras se concentran en los foros de Trajano, de Augusto o de César.
Otra de sus mejores joyas es la Piaza Venezia, con el monumento a Víctor Manuel II, una construcción que desata pasiones encontradas, pero que es uno de los monumentos con más visitas y fotografiados de esa Roma monumental, grandiosa y mágica, que tanto sorprende. Pero Roma es también la ciudad de las plazas; las más bellas y conocidas del mundo, gracias sobre todo al cine.
Sin duda, la más famosa y sorprendente de todas, y una de la más conocidas, es la Fontana de Trevi, junto al Palacio de Poli, que aunque se encuentra como encerrada entre callejones, sigue concitando la visita de miles de personas, que cada día acuden a ella para depositar las tres monedas (o al menos una) que le aseguren el regreso a la Ciudad Eterna. Otras plazas impresionantes son la piazza del Campidoglio, la piazza del Popolo; la piazza di Spagna; la espectacular piazza Navona con su fuentes de Bewrnini, o la piazza Campo dei Fiori. En todas ellas, reina la alegría el bullicio, y en algunas de ellas, mercadillos muy interesantes.