SOPRANO EN HOMENAJEA HEROINA
La pequeña plazuela de “La Mujer”, en Villa el Salvador, aquel día mas que nunca, era testigo de la concentración de varias centenares de personas de toda las edades, muchos portaban pancartas con anuncios alusivos a la fecha; la gran mayoría vestían polos de color blanco como símbolo de paz.
Las arengas no se hicieron esperar, con toda la fuerza que sus pulmones les permitían a viva voz ¡María Elena Moyano!; coreaban unos, ¡presente!, respondían otros; ¡queremos la paz!, ¡no el terrorismo! Así comenzaba “La Marcha por la Paz”, en homenaje a María Elena Moyano, luchadora social y dirigente vecinal; conmemorando el día en que las hordas terroristas luego de asesinarla, hicieron volar su cuerpo con potentes cargas de explosivos, por la osadía de hables enfrentado, rechazando sus ideales subversivas hecho ocurrido el 15 de febrero 1993 cuando contaba tan solo treinta y tres años de edad, y se desempeñaba como Teniente Alcalde de la Municipalidad de Villa el Salvador.
Por la Av. Revolución conforme avanzaba la marcha muchas personas se adherían formando una multitud, todos muy emocionados por la gran convocatoria se dirigieron hacia la Avenida Mariátegui, donde se erige un monumento en su honor; en el lugar se encontraban reunidas las principales autoridades civiles, políticas y eclesiásticas, destacándose la presencia del Monseñor Juan Luís Bambarén y Alcaldes de otros distritos.
Iniciada la ceremonia y pronunciados los discursos correspondientes; el maestro de ceremonia, levantando la voz para llamar la atención del público, anuncia en forma estentórea:
- Señores y señoras; publico presente, tengo el honor de anunciarles la grata presencia en nuestro escenario de una artista de talla internacional, con ustedes nuestra soprano; “Hatun Killa”, ¡Lilian Cornelio Pino!; ¡La Soprano del Perú!
Casi nadie aplaudió parecía que la artista anunciada no era conocida o al menos no la recordaban.
Muy resuelta, segura, con pasos firmes y elegante, vestida con túnica negra bordado y con un chal multicolor en los hombros que resaltaba nítidamente su belleza juvenil, se acercó al micrófono, saludó al público y la música comenzó a romper el silencio, interpretó “El Himno a Villa el Salvador”, de manera magistral, su voz clara, melodiosa y potente comenzó a cautivar a los presentes y cuando culminó, todos absortos y sorprendidos por tan brillante participación gritaban ¡otro!, ¡otro!, ¡otro!
Agradeció el gesto e interpretó el pasacalle incaico “Vírgenes del Sol” impecablemente, por momentos parecía escucharse la voz de la famosísima y legendaria “Ima Sumac”, todos embelesados aplaudían sin cesar al compás de la música, acto seguido interpretó la conocida composición del insigne músico huanuqueño Daniel Alomía Robles, “El Cóndor Pasa”, causando delirio y furor colectivo cuando en un pasaje de la canción demostró su extensa tesitura vocal que fácilmente superaría las tres octavas.
Al concluir su presentación el publico emocionado, y los medios periodísticos que se encontraban cubriendo el evento, abandonaron sus lugares estratégicos y burlando el cordón de seguridad, se abalanzaron tratando de entrevistarla, la gente pugnaba por tocarla, abrazarla y pedirla autógrafos, ella visiblemente nerviosa y emocionada a la vez, trataba de complacer amablemente a su publico.
Sin duda aquella presentación constituyó el mejor regalo para el público salvadoreño, quienes ávidos de paz acudieron a la ceremonia, llevando por dentro la herida que cada año parecía sangrar al recordar la triste y trágica muerte de la insigne luchadora; gracias su ejemplo de coraje y sacrificio hoy Villa el Salvador se consolida desarrollándose como un pueblo pujante, como una ciudad del futuro, siendo merecedor del titulo de “Ciudad Mensajera de la Paz”.