A dos años. Hoy aflora el recuerdo de ese día. Tu última nochebuena. Mentiste a tu familia diciendo que te sentías mal, para pasarla con quienes en el momento del brindis calificaste como tu verdadera familia "mi familia son ustedes", tus dos cachorras, Vaqui y Rayita, las cenizas de Chinita y yó que te peleaba día a día, convencido de que te sacaría adelante.
Si nos dejaron solos Mara.
Esa noche fue como una comunión de la pareja. Una resaltación de cada uno de los momentos vividos. Principalmente la vocación de estar juntos y ayudarnos como lo hicimos siempre, en lo bueno y en lo malo. Y lo cumplimos Mara. Y lo cumplí yó con creces peleando por tu vida, a la par de los médicos para que siguieras adelante.
No acepté otra salida que la de tu recuperación y después de mucho pensarlo te confieso Mara que dejé de lado todo lo que atendiera a mi futuro. Se lo digo al mundo que hoy me ha dado vuelta la cara porque alguien lanzó una infamia al solo efecto de justificar un robo: "No quise que la posibilidad de asegurar una tranquilidad económica me hiciera perder un minuto de vista el objetivo que era salvarte". Así me lo quitaron todo y lo que fueron años de privaciones, hoy lo siguen siendo por haberlo sido generosos.
Si alguien amaba la vida y tenía mas derecho que yó a disfrutarla eras vos, Mara. No me hubiera importado el tener que dedicar cada minuto de mi vida a cuidarte. Si lo venía haciendo desde que nos conocimos. Ambos estuvimos muy cercanos a la muerte desde chicos y cada minuto de permanencia en este mundo a posteriori fue un milagro para ambos. Por eso estuvimos juntos, para cuidarnos y velar por el otro. Si finalmente se vió en tu caso que no podías contar con nadie más.
Todas las mañanas me levanto y no puedo dejar de reconocer el milagro de la vida. Si yo no ayudo en nada para que esto se produzca. Tal vez esta cosa de estar vivo sea producto de que todavía la carga sobre mis hombros no ha sido completada.
Esta noche estaremos todos, nuestra familia de 5, porque quise que tus restos, los de Chinita y Vaqui, estuvieran en casa, para seguir cuidándolos como hice siempre, pero no habrá festejo. Solo recuerdos y tristeza.
Los tuyos brindarán alegremente esta noche como lo hicieron la noche del 24 de diciembre de 2009 y la del año 2010. Nada los afectó, ni el cáncer, ni la muerte de la hermana. Impunemente disfrutan su Nochebuena con el fruto de nuestro trabajo de toda la vida.
Seguís estando en casa, conjuntamente con las “nenas” que te acompañan en la otra vida. Bajo distintas formas seguimos estando juntos y seguimos siendo “tu familia”. No entiendo porqué la muerte y los miserables siempre triunfan.
Te quiero y te extraño cada día.
Jorge Castro
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