(Viene de Escocia... agua de vida, vida de Escocia parte I)
DIA 3º….. LUNES 1 DE AGOSTO……LONDRES-SALYSBURY-LONDRES STONEHENGE
A la hora del desayuno no había tanta aglomeración como ayer, aún así la bollería seguía siendo dura. De nuevo en Victoria Station cogimos el metro para irnos hacia la estación de Waterloo, y al ser día laborable el metro iba hasta los topes, como una hora punta en Barcelona. En el andén, frente a cada puerta del metro, un policía controlaba a todo el que salía o entraba. Llegamos a Waterloo sin problemas, compramos los billetes a Salisbury (36 euros cada uno) y subimos al tren. Los trenes partían cada 30 minutos y el trayecto dura hora y media. A las 9.45 nos fuimos.
Salisbury es una bellísima ciudad con aire medieval, con calles peatonales, edificios bajos y bien cuidados. Y aunque está cerca de uno de los monumentos más visitados en todo el mundo, por sus calles se respira un ambiente de paz. Había turismo sí, pero sin aglomeraciones. Cuando llegamos a la estación, nos fuimos a la oficina que hay dentro de ella, para comprar los billetes de bus (9.50 euros cada uno), pues Stonehenge está a unos 20 minutos en bus. Los buses salen cada hora, por lo que es mejor tomar el tren de Londres a la hora y 20, pues se llega siempre a menos 10 y casi se empalma con el bus. Como teníamos tiempo, dimos una pequeña incursión por la calle principal de Salisbury. A las 12 vino otro bus y después de unos 20 minutos de viaje, llegamos a Stonehenge. La entrada vale 8 euros, (6 con carné de estudiante). Si no se quiere pagar también se puede optar por verlo desde la carretera, aunque tan solo se puede observar desde una única perspectiva. Con la entrada te dan un audio guía gratuito. Stonehenge impresiona.
Al entrar se va siguiendo un camino marcado por el cual se va dando la vuelta a todo el conjunto arquitectónico. Megalitos, Menhires,… para algunos tan solo piedras. Para otros un conjunto monumental prehistórico, el más antiguo de Inglaterra. Con una antigüedad de más de 3500 años, aún no se sabe a ciencia cierta para que servia ni quienes lo construyeron. Diversas teorías sobre si era de pueblos celtas, druidas…. Hay varios círculos de piedras dentro del monumento, algunas de un color azulado, y aunque tan sólo se puede pasear a 20 metros de distancia, se aprecian bastantes detalles que el audio guía nos iba narrando. Los agujeros por donde se filtra el sol en los solsticios de verano o invierno son perfectamente visibles. Algunas interpretaciones dicen que era un calendario solar, otros que una especie de mapa astronómico, otros que era un templo… muchas conjeturas….
En los aledaños de Stonehenge, se ven montículos en la llanura que son tumbas prehistóricas. Hace años, los habitantes de Salisbury, alquilaban martillos y hachas a todos los que querían llevarse un trozo de piedra, o también piedras enteras. Es por ello que muchas de las piedras de Stonehenge están rotas, más por esto que no por el paso del tiempo. En el exterior de Stonehenge, en la carretera, un chico estaba sentado en posición de yoga, con los brazos extendidos y los ojos cerrados… meditando. Durante los solsticios se celebran aquí ceremonias y ritos en base a una supuesta energía del entorno. Stonehenge también cuenta con su tienda de souvenir, su bar. y servicios y como que el día estaba ya de nuevo amenazando lluvia, regresamos al autocar que nos llevara de nuevo hacia Salisbury. Salisbury tiene una catedral que data del 1220, de estilo gótico y en lo alto de ella hay una aguja de 123 metros de altura, la mayor de todo el país. Para visitar la catedral, hay que pagar entrada, pero merece la pena. La entrada vale 6 euros (5 los estudiantes).