Donde las calles no tienen nombre...
Donde las calles no tienen nombre... allí el cielo es infinito. Desde allí volaremos al interior del paraíso, donde el tiempo no golpea los sentidos ni la vida desgasta el alma.
Donde las calles no tienen nombre... el hombre no tiene memoria; memoria para recordar el mal que nos hace únicos e invencibles.
Donde las calles no tienen nombre... no hay distancias, ni existe el miedo; todo es armonía y silencio, un silencio que emborracha al alma y que estalla en tu cabeza como el grito de un niño o el llanto de un hombre.
Donde las calles no tienen nombre... los colores se difuminan y la oscuridad es profunda y cálida. Allí nada te perturba, nada puede asustarte, y una voz en tu cabeza te revela un antiguo secreto ya olvidado.
En ese lugar encontraremos la paz y olvidaremos los errores que nuestra naturaleza mezquina nos hizo cometer. Dejaremos de sentir que el cielo nos aplasta, que la soledad nos devora y que el miedo nos golpea con la precisión de un boxeador. Dejaremos de sentirnos como náufragos dentro de nuestra propia vida.
Tal vez allí dejemos de ser criaturas desprovistas de altruismo, sinceridad o bondad. Y tal vez en ese lugar deje de esconderme de mí mismo y deje de huir de los demás. Y no me refugie más en vanas palabras ni en sensaciones artificiales que engañen mis sentidos y me hagan sentir miserable y pusilánime. Alli dejaré de sentirme como si estuviera cayendo al vacío.
En ese lugar nuestras mentes serán eternamente efímeras, nuestra verdad no será absoluta y tendremos la capacidad de olvidar todo aquello que merezca ser olvidado. Nos libraremos de nuestra naturaleza traidora y nos liberaremos de nuestras miserias inexplicablemente humanas. No seremos divinos pero tampoco seremos terrenales. Nuestra existencia será como un soplo de aire que muere y renace en el mismo instante. Oiremos latir al universo dentro de nuestros propios corazones y nuestros pensamientos serán como esporas que lo germinaran todo a nuestro alrededor. Seremos dueños de lo insustancial y vo!veremos a ser intuitivos e intrépidos. Nuestras mentes se expandiran como rayos de luz y seremos dueños del infinito, Sentiremos lo que no tiene tacto. Donde las calles no tienen nombre...
Fuente:
http://www.jamendo.com/es/list/a130657/miscellaneous