El mundo moderno, global y desarrollado, así como lo conocemos, se puede ver bonito en postales y fotos donde se muestran las ciudades más cosmopolitas del mundo: Nueva York, París, Tokio, el Distrito Federal, entre otras. En éstas se pueden observar las grandes industrias, los poderosos empresarios, los significativos monumentos, el estilo y la moda de sus citadinos, tiendas de marca reconocida, enormes cantidades de anuncios publicitarios: modernidad.
Suena maravilloso. Pero, lo que no se ve en esas postales es que este modelo de desarrollo capitalista, consumista e individualista no apuesta (en gran medida) por el bienestar de los empleados que trabajan para que la empresa donde laboran sea “exitosa” y muchas veces los empresarios discriminan a sus trabajadores para poder ser más rentables.
La manera en la que vivimos y nuestros pasos a seguir están basados, muchos procesos, en llegar al éxito. Esta palabra engloba muchas cosas. Una de ellas son las acciones por parte de las empresas (como productores), que tienen como objetivo crear necesidades en sus clientes para que consuman eso que los hará verse bien y mantener el estatus que desean alcanzar. Tener “mayor producción y con el mayor consumo de bienes; (…) se consideran valores absolutos, inmanentes, sin necesidad de justificación alguna.” (Morales, 2004; p:30). Acciones también de nosotros (como consumidores) al estar comprando esas ideas y productos sin cuestionarnos si en realidad los necesitamos. O sin pensar en el comercio justo y responsable que hay detrás de la marca.
Esto ha sido creado, no fue sacado de la nada o fue porque sí. Se llama modelo de desarrollo hegemónico. Este se define como pasos y procesos a seguir, desde individuos hasta corporaciones y/o países, para reasignar valores simbólicos, sociales y económicos que revelen que ya se está en una red de personas, estados, ciudades, países, organizaciones establecidas como desarrolladas, potencias mundiales, tecnológicas, dominantes, exitosas, millonarias. Es decir, con éxito.
A este modelo de desarrollo lo que le importa es generar ingresos de capital (concentrados en pocas manos) con muchos ceros en la cuenta, producir productos o servicios, distribuir a gran escala; vender, vender, vender y comprar, comprar, comprar. Sin siquiera importarles la desigualdad económica en distribución de las riquezas, los ricos se vuelven cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres; sin pensar en el desgaste del planeta, los recursos naturales que están utilizando para crear esos productos que quieren vender; sin ver que al hacer distribución contaminan al utilizar envolturas no reciclables, al consumir gasolina para sus transportes, y al manejar los mismos en distancias recorridas (entre otros procesos dentro de la distribución); y sin cuestionarse si en serio deben de establecer esta forma de consumismo ya que los productos se volverán obsoletos después de un tiempo corto de haber sido comprado por los clientes y se verán obligados a comprar otro que lo remplace y que siga alimentando su modo de vida desarrollado, en el cual se vuelven superiores a los que no adquieren dichos productos.
Discriminación. No sólo en la empresa, sino en la industria y en el día a día. Pero, ¿por qué en lugar de que un empresario vea a corto plazo su utilidad, piensa en capacitar a su personal para que esté mucho mejor preparado y así que se sienta exitoso consigo mismo y pueda desempeñar un mejor papel dentro de la empresa? Según datos y entrevistas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), muchas empresas son mucho más sostenibles cuando ayudan a sus empleados. De hecho, el Programa de Empresas Sostenibles está basado en tres puntos para poder ser mucho más eficaz: creación de entornos propicios, iniciativa empresarialy desarrollo de empresas, y lugares de trabajo sostenibles y responsables. La OIT menciona que promover el empleo es proteger a las personas. (Organización Internacional del Trabajo, 1996-2013)
Esto no interfiere con la visión mercantil de los empresarios, la incentiva. Tener empleados contentos hace mucho más redituable la efectividad de sus labores y por ende generan mejores producciones o incremento en las ventas. Es una labor de pensar, de dejar el individualismo y buscar solucionar la frase “empresario rico, empresa pobre”, ya que al empresario hegemonista le conviene generar una acción GANAR-GANAR. Dejar de lado la búsqueda del bienestar propio para ver más allá de nuestra nariz, así cuando ya hayamos observado el panorama completo ya podremos y tendremos mejores propuestas para ser más exitosos.
Entonces, nos podemos dar cuenta que el modelo empresarial que llevamos hasta ahora, sí puede ser cómodo y hacernos felices por momentos cortos, pero van generando diferencias entre los mismos trabajadores e incluso en los ciudadanos, y lo más importante se están ignorando los Derechos Humanosy las leyes de la Constitución en términos de discriminación. Sí, puede que cuando alguien tiene una empresa lo más importante es generar ventas, pero qué tal si después de unos años de cumplir ese objetivo el negocio se cae de repente porque los empleados no están satisfechos con el salario y las horas que tienen que trabajar o porque han sido tratados como inferiores.
En ese momento el dueño sabrá que debe cambiar de estrategia y de buscar integración, pero puede que por miedo al cambio o a“perder la autoridad” no implemente nada y todo lo continúe igual. Ese negocio cerrará. No digo que sea fácil estar capacitando o generando seguridad para los empleados, pero es un derecho del trabajador y es obligación del jefe el dársela.
Lo que se busca es la sustentabilidad. Una nueva forma de desarrollo, algo alternativo a lo conocido actualmente. Este modelo propone un acuerdo entre la economía, la ecología, la sociedad, la política, lo cultural y la ética para tener procesos más eficientes que no generen daños (o los mínimos posibles) al planeta. Adoptar este proceso no es ni será lo más sencillo ya que hay una historia atrás que nos dice que tener utilidades es lo mejor, sin importar el bienestar del prójimo. Sin embargo, debemos de considerarlo porque si no lo hacemos en unos años o décadas nuestras condiciones de vida se verán afectadas por la falta de seguridad social en las empresas.
Las propuestas que se dan para crear la sustentabilidad son varias. Asumir que somos responsables y tenemos qué ver en y con la naturaleza, es una de las más importantes. Respetar a lo que es diferente a nosotros también ayuda porque así no hay desigualdad entre las distintas y diversas esferas sociales y no se tratará de transformar eso diferente al modelo hegemónico.
