El segundero del reloj de la tele absorbe mi atención con su inexorable avance y su musiquilla de fondo. Los hay de todas formas y modelos; con pilas, se colocan y a olvidarse durante un año, por lo menos.
Son el exordio de los Noticiarios cuando sobra tiempo, y el incordio de los desempleados, que no saben en que ocupar todo el que tienen.
Con lo distraída que resulta la papiroflexia, y la artesanía manual cuando se le ha cogido el “aquel”, y los collages, y el cultivo del champiñón, y..., y... si me apuran el pasear sin rumbo fijo.
Siempre que alguien me dice que se aburre, le remito al “Hombre de Alcatraz”, aquel canto a la grandeza del ser humano, protagonizado por un Burt Lancaster de Oscar.
La verdad es que no apreciamos cuanto tenemos hasta que nos falta. Los agobiados por las prisas y las presiones laborales, sueñan con el “dolce far niente”, mientras que quienes tienen tiempo para todo, quisieran ocuparlo en multitud de actividades. Nadie está satisfecho con su situación; aunque, tal vez, sería mejor decir, nadie está satisfecho con las obligaciones.
Los artesanos de los zocos del Norte de África, concentrados en sus quehaceres, los pintores absortos en sus creaciones, los músicos improvisando... hasta un buen barman cuando participa a fondo en ese pequeño ritual del cóctel, pierden la noción del tiempo; porque realizan sus tareas DIS-FRU-TAN-DO de ellas; porque les gusta hacerlas; porque, en definitiva, han traspasado la barrera de la “actividad” para transformarla en “acción artística”. Y quien diga que ejecutivos agresivos, corredores de bolsa, publicitarios (uno es que ha visto muchas películas estadounidenses), que necesitan de la actividad febril para “sentirse vivos”, realizados... le responderé: ¡que se lo pregunten a sus organismos!, barómetro infalible de su estado real.
Por tanto, pongamos un poquito mas de “arte” en nuestros trabajos, sean cuales fueren. Que usted puede llegar a ser el Cellini de los limpia cristales, si se lo propone.
Que una labor bien hecha ennoblece a quien la hace y admira a quien la disfruta. ¿Eh?