Detener suavemente la marcha, sobre la berma del camino, silenciar el rugido del felino de turno que te acompaña casi incansablemente, y ver, ver seguramente sin mirar, un punto fijo inexistente, que te ayude a vislumbrar todas las respuestas de las preguntas que jamas te habías hecho, aguzar todos y cada uno de los sentidos que te han dado y que te obligaron a no utilizarlos porque no era común y bajo la lupa social tal vez ni sano y pensar, y recordar, y no olvidar que, todo lo que has hecho te será justamente recompensado, lo bueno y lo malo, y lo que no has hecho también, tarde o temprano y en esta efímera vida que nos toca disfrutar.
Que con amor, se cubren el resto de las virtudes y se aligera el peso de nuestros defectos, que poner el hombro, y empujar hacia la verdad resulta tan o mas satisfactorio para uno que para los que amamos, que dar la vida por todos no significa ponerse a disposición de las herramientas afiladas de la muerte, que ser justos es uno de los puntales mas férreos de nuestros tan apesadumbrados y desprestigiados principios.
Que el momento justo de las cosas no es ni mas ni menos que aquel que se da en un espacio distinto de tiempo del que habíamos previsto, y normalmente largo para lo bueno y demasiado corto para lo que consideramos malo.
Que recuperar los sentidos perdidos, hacen que volvamos a percibir aromas olvidados, errores cometidos, recuerdos extraviados, sentimientos reprimidos, momentos compartidos, horas convividas y caricias extenuadas.
Que a pesar de todo, quien te ama nunca esta lejos, que es muy escasa la diferencia entre lo vivido y lo soñado, que nuestras dulces fantasías nos ayudan a equilibrar nuestra vida, aportando peso a las falencias de la realidad.
Que en la ternura de un beso se dice casi todo, que hace mas falta expresar amor que promulgarlo, que de la mano de la sinceridad se llega fácilmente al bello destino que nos habíamos fijado, que intentar mantener lo que hemos conseguido, puede ser tortuoso, porque el espacio tiempo se lleva mal con lo vivido.
Desensillar es valedero, es bueno, es justo, para recordar lo que es esencial, lo que vale, lo que se siente, lo que se extraña y no lo sabíamos, lo que se quiere, lo que se tiene, lo que duele, lo invertidas que están las cosas.
No olvidar que somos lo que quisimos ser, y nunca es tarde para ser lo que queremos, y que la intima relación entre ser y hacer, guarda una distancia tan pequeña y tan grande como la del amor, amor por todo, absolutamente por todo, por lo que tenemos, y por lo que no, por la gente que nos ama y por la que no, y si tuviese medida, mas, por la que no nos ama.
Poner cuerpo y alma en todo lo que hagamos y que estemos convencidos que esta bien, que es justo, que no daña, que no altera la paz de nadie, con piedad y valentía, con orgullo y con memoria, con entusiasmo y ternura, con fuerza y suavidad, para que nadie sepa que lo único que estas haciendo es darle el valor real a lo histórico de tu vida, pues el calor de tus sentimientos se genera de adentro hacia afuera, y no por el juicio de tus congéneres, con respeto, con dignidad, con decencia, con honestidad, sin miedo.
Que conocer las causas y las posibles consecuencias nos acercan a un destino bastante cierto.
Detener suavemente la marcha, de eso se trata, a la berma del camino, mi jeep necesitaba mantenimiento, y yo, ¿por qué no?