Es complejo, pero no imposible, el sentarse ante una página electrónica en blanco y escribir sin pensar. Hay multitud de temas e ideas que pueden surgir de improviso y transcribirlas es solo cuestión de práctica. La inspiración de los antiguos se ha transformado, por obra y gracia de la evolución, en mecánica discursiva; pero eso no supone que los temas y la forma de expresarlos sean mejores que antes, porque el “oficio” no podrá nunca sustituir a la intuición.
Ahora se me ocurre intentar socializar el acto de escribir poniendo en solfa - o en práctica - una idea que tuve hace un instante: dejar que las primeras personas que me encuentre por la calle en un momento determinado escriban - o describan ante una grabadora - lo primero que se les ocurra, luego barajar cada uno de los trabajos e irlos incluyendo por riguroso orden de salida. Es seguro que puede sorprendernos lo homogéneo del escrito a pesar de proceder cada fragmento de una persona distinta.
No debemos olvidar que hay un inconsciente colectivo que es el que rige las costumbres de la gran mayoría de sociedades civilizadas, y por tanto los pensamientos comunes suelen ser casi todos; pero sucede lo mismo con los grupos humanos pertenecientes a etnias sin cultivar, que coinciden entre ellos en la manera de entender la vida, aun estando en las antípodas. Lo curioso, es que el tan cacareado mestizaje no tiene lugar a pelo, es decir, en individuos que llegan desde su lugar de origen hasta la civilización y viceversa - o, al menos, en los primeros tiempos del contacto-. Luego, a medida que se intercambian ideas, palabras y costumbres, se va produciendo lentamente la simbiosis, hasta absorber –“por regla general”- la mayoría a la minoría. Nótese que he resaltado “por regla general”, puesto que, en algunos casos es tan poderosa la influencia de razas con fuerte personalidad histórica, que sucede justo lo contrario, o sea, que la minoría vaya ganando terreno; el caso mas patente - pero no el único- es el de los hispanos en Estados Unidos.
Sería curioso experimentar que sucedería al mezclar las opiniones de unos y otros y sacarlas aleatoriamente-¡ me encanta esa palabra!-; estoy casi convencido de que saldría un texto duramente contrastado. O no..