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Todo solo por amor

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Chabela jamás se imaginó que los sentimientos tan profundos hacia otra persona podrían haber causado que el rumbo de su destino cambiara radicalmente y cuando lo supo quizá ya era demasiado tarde para tratar de remediarlo, volver atrás todo lo vivido y empezar de nuevo.

Los hechos ocurrieron repentinamente una fecha que el tiempo, la angustia y las preocupaciones borraron de su mente, pero jamás olvidará aquel día que su apacible y querido pueblito Lucanamarca en Ayacucho en las serranías del Perú, la eterna paz y tranquilidad se viera terriblemente quebrantada y violentada por actos que su inocencia no podía comprender, centenares de hombres con el rostro cubierto, armados con fusiles y coreando ¡viva la lucha armada! saqueaban, asesinaban a las autoridades, incendiaban las dependencias públicas, violaban a las mujeres y cometían toda clase de atrocidades.

Los humildes pobladores, desesperados, presas de pánico especialmente los adultos fugaron dejando abandonados a sus hogares a merced de aquellos que se hacían llamar revolucionarios pertenecientes a “Sendero Luminoso”, ella y su madre se refugiaron en su humilde choza, impotentes de defenderse y muy temerosas que los terroristas retornaran. Hasta que un grupo de soldados tomaron posición del pueblo, algunos decían que habían venido a protegerlos otros le tenían recelo y desconfianza. Lo cierto es que los militares con su presencia en el distrito garantizaban la seguridad, pero la sensación de temor, desconfianza y pánico aun latía en el corazón de cada poblador. Los militares por su parte no podían confiar ciegamente en ellos por que tenían sospechas que algún poblador pertenecería a “Sendero Luminoso”.  

Una fresca mañana cuando Chabela se dirigió al manantial provisto de un balde a proveerse agua, se cruzó con la mirada sonriente y amable de un joven soldado, ella que solo había sido observado por jóvenes de su pueblo, se extrañó que un militar pudiera sonreírle, algo turbada y pensativa retornó a su casa, estuvo todo el día meditando y llegó a la conclusión de que nunca una sonrisa la había cautivado tanto como la de aquel soldado.  

Los encuentros con el joven militar eran muy esporádicas pero suficientes para entablar amistad, el soldado por seguridad de ambos le había sujerido que sus encuentros fueran por las noches a lo que ella no aceptó pues no tenía motivos para salir de su casa, entonces optaron por comunicarse por escrito. A los pocos días con mucha cautela le entregó un sobre conteniendo una carta donde le declaraba su amor sincero, “… las sonrisas que nacen de tus labios, las cosechan mis ojos, mi alma los almacena, y mi corazón se encarga de compartirlas…” a lo que ella escueta y sinceramente contestó que también la amaba desde el primer día que le sonrió. Los días se sucedían y las cartas también, manifestándose el ferviente deseo de encontrar el momento propicio para prodigarse mutuamente el amor que afloraban como una fuerza incontenible en sus corazones, y que no podían continuar con el tormento de seguir viviendo sin poder estrecharse en sus brazos, sin poder darse los mas dulces besos y las tiernas caricias como todos los enamorados.

En el corazón adolescente de Chabela, nació y se acrecentó la llama mas pura del amor, haciéndola soñar con la ilusión de ser amada, nadie la había escrito frases tan lindas, tampoco le habían hablado de su inocente belleza; por vez primera se enamoró profundamente guardando para sí esos sentimientos sin poder compartirlos con nadie por a las circunstancias de violencia extrema la consideraba como algo prohibido y peligroso.   Un día muy de mañana cuando Chabela acudió al arroyo encontró al soldado esperándola, ambos se alegraron y sin mediar palabras fugazmente sellaron su amor con un tierno beso, el sacó del bolsillo un paquetito envuelto en papel de regalo, presuroso le entregó.

–Esto es para ti amor– le dijo y se alejó temeroso de ser descubierto por algún terrorista y tomen represalias con la vida de la mujer que amaba, el paquetito contenía un rosario de plata, junto una nota en uno de los párrafos decía “…esta es una muestra del verdadero y profundo amor que siento por ti, llévala con fe y cariño, cuando el peligro aceche, ora por nuestro amor…”, al leerla quedó profundamente agradecida y feliz, empuñó el rosario y lo llevó a la altura de su corazón como si tratara de guardarlo en ese cofre sagrado donde nadie podría descubrirla, al mismo tiempo pensaba como retribuir aquel gesto de amor, pero su humildad y extrema pobreza no se lo permitían.

“Amor, hoy me enteré de una orden superior que mañana llega nuestro relevo, nosotros estaremos partiendo a Ayacucho y de allí posiblemente a otra base y desde esos momentos siento que el corazón se me parte del dolor y la pena de alejarme de tu lado, no te olvides que algún día volveré para casarme contigo y ser felices para toda la vida… esta noche te espero detrás de tu casa, quiero despedirme…, si no vienes comprenderé que no pudiste… te amo, recibe mil besos…” decía la última carta del soldado.  

Nadie notó la tristeza y gran turbación de Chabela, ella decidió que esa noche acudiría a la cita así sea por breves momentos, pase lo que pase y esperó pacientemente culminando de tejer una chalina de lana de alpaca para obsequiarle; a la hora propicia, salió presurosa al encuentro con su amado, quien pacientemente la esperaba, le ofreció con cariño el sencillo regalo y visiblemente triste la abrazó, se besaron prodigándose las mas tiernas caricias; la oscuridad, los follajes y la tenue luz plateada de la luna fueron mudos testigos de la entrega apasionada y sin limites de un amor febril tan inocente y puro como las aguas del arroyo.

Ambos se juraron amor eterno y al despedirse lloraron inconsolables, ella ya en su casa se sentía dulcemente dichosa, había entregado su inocencia pura, lo único que una mujer reservaría para el hombre que verdaderamente amaba y se durmió feliz y triste a la vez por que sabía que a partir de mañana ya la vida no sería tal para ella.  

Los terroristas enterados de la relación amorosa de la joven con el soldado, una mañana irrumpieron su casa y al no encontrarla amenazaron de muerte a su madre por “colaborar” con el enemigo, fue entonces que Chabela huyó, rumbo a Ayacucho, donde buscó a su amado, al no saber ningún indicio de su paradero y en compañía de un familiar que también huía a Lima, decidió huir con ellos.  

La joven tuvo que trabajar muy duro como empleada del hogar para sobrevivir en una ciudad inmensamente ajena, compleja y fría; mientras que la angustia y tristeza se apoderaban de su ser a cada momento pensando en la soledad que se encontraría su querida madre, añorando al amor de su vida y su querido terruño; solo la consolaba la férrea esperanza de que en algún momento el gran amor de su vida llegaría por ella para convertirla en su esposa; sus cavilaciones no la hicieron advertir los malestares que se presento en su organismo, ciertas sensaciones de nauseas y mareos; de pronto se dio cuenta que no se había presentado su periodo menstrual, al principio casi no le daba importancia, pero poco a poco comenzó a preocuparse, hasta que pasado un tiempo todos advirtieron su evidente estado de gestación.  

Chabela trajo al mundo un hermoso bebé de lo cual se sentía dichosa y muy feliz por ser el fruto de la entrega sublime del amor verdadero al único hombre que seguía amando; al comprender su futuro muy incierto decidió mas que nunca enfrentarla estoicamente las adversidades y afloró en su ser la grandeza de su raza noble, valiente y luchadora; poco le importó ser una víctima mas de la demencial acción del terrorismo, si es una culpa amar como amó asumiría su responsabilidad cabalmente con dignidad y honor. Resignada continuaría esperando la promesa de su amado, pensando que la esperanza es lo último que muere en la vida.

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Autor: Dámaso BERNAL SAYES
Enviado por damaquito - 10/07/2012
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2) damaquito dijo...
damaquito
Wicca: las historias de amor, generalmente son muy bellas, aunque también hay muchas tristes y otras que terminan en tragedias; esta, aun siendo linda, tiene muchos matices de incertidumbre y tristeza, comparto tus deseos y que finalmente triunfe el amor. Gracias por tus saludos y por tu comentario un abrazote.
 0   0  damaquito - [14/07/2012 21:45:07] - ip registrada
1) wicca7 dijo...
wicca7
Muy linda historia de amor Damaquito...aunque un poco triste, esperemos que esa joven y su hijo se encuentren con el hombre de sus vidas...saludos con afecto... Sonrisa
 0   0  wicca7 - [11/07/2012 02:13:10] - ip registrada
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