Es Noche.
Camino por las calles de mi barrio. Un delicioso aroma a magnolias me invade y me excita el ánimo un poco decaído y sin ganas con el que decidí salir hace pocos minutos a mi paseo diario. Respiro hondo, siento la vida, me alegra hacerlo. Sentirme viva.
En el mediano trayecto que hago durante una hora y 10 minutos, me vienen a la cabeza toda clase de pensamientos; de trabajo, de dinero, de amor, de familia, de salud...Hace caloooor!!!, la traspiración cae por mi cara empañándome los lentes...Sigo hasta llegar al bajo, por allá en una lomada doy la vuelta y comienzo el regreso; un poco cansada, la subida me cuesta y me duelen las caderas...respiro hondo nuevamente sintiendo otros aromas ricos pero diferentes.
Y recuerdo que hoy se festeja el día internacional de la mujer.
Pienso en el rol de las figuras masculinas en mi vida, no ha sido fácil...
Toda la vida busqué equilibrarme haciéndome fuerte como un hombre, a la defensiva, como si ser como ellos me ayudara a protegerme de los peligros de esta vida, creo que aún lo hago...saco mi parte masculina cuando la necesito...
Apuro el paso ya cansada, respiro hondo otra vez, sintiendo y poniendo atención en como mis pulmones suben, se hinchan y exhalo ...recuerdo que mi papá no estuvo allí cuando lo necesité, no estás tú,...me da miedo, un miedo atroz, pues.. Si tampoco estuviera Dios???!!! El miedo fue por un largo y oscuro momento, en el que me angustié bastante ...y comprendí que el miedo al desamor es el miedo a la nada, es el miedo a la muerte, es el miedo a estar solos, solos de verdad... Observé el cielo, las estrellas, los árboles que se recortaban entre la penumbra del camino y me dije ... No, no hay que tener miedo, es demasiado inmenso esto como para desaparecer, somos viajeros, viajeros del tiempo y del espacio, hoy estamos acá, y mañana quién sabe en que lugar del Universo Infinito. Y tá..! ya llegué de vuelta de mi paseo de hoy y me pareció interesante contárselos...