La canción

Se lo dedico a mi sobrina, excelente pianista, que nos dejó en un trágico accidente el febrero del año pasado

Notas al cielo, notas al Sol.
Notas libres como las manos que las crean.
Suena una melodía, ¿oyes quién la toca?

Mediodía de verano soleado y caluroso, sólo refrescado por la brisa que me lleva las notas que tu has entonado al cielo, las notas que vuelan hacia el Sol.

¿Volverás a tocar ahora?

Escucharé y las volveré a oír, porque no han dejado nunca de sonar.
Toda tu vida ha sido una melodía de notas encadenadas, donde tus suaves manos han sabido qué canción tocar en cada momento.

¿Y ahora?
Ahora van y se equivocan.
Pero, una tras otra, se volverán a ordenar y formarán una nueva melodía, donde tú dejarás de ser el músico i pasarás a ser la canción.

Notas al cielo, notas al Sol.
Sigue tocando, que el tiempo no borrará tu sonido.

Los días pasarán recordándote; unos más largos, llenos de llantos y rabia; los otros más dulces, con el recuerdo de tu sonrisa.
Cuando, poco a poco, la dulzura irá apagando la rabia, me quedaré con lo que tu realmente has dejado.
Horas y horas de juegos cuando éramos pequeñas, alguna que otra anécdota, largos ratos hablando a la sombra del viejo árbol, tardes de sol en la terraza,… i, como no, dos ángeles que con la mirada recuerdan todo lo que tu has sido.

Sí, el viento se llevará las notas, pero la calma que vendrá después hará que resuenen más fuerte que nunca en la memoria.
Porque hay tantos recuerdos… Y todavía saldrán muchos más. El tiempo hará que al mirar atrás recuerde más de lo que no me imagino recordar. I, lentamente, atando una nota con la otra construiré tu canción.

Notas al cielo, notas al Sol.
I tu tranquila chata, continua tocando que yo continúo escuchando mientras me imagino como sonarán las notas el día que nos volvamos a encontrar.