Viviendo en países diferentes y con limitaciones por el trabajo y la situación social y económica, resulta difícil tener un contacto personal con la familia. Hace algunos meses mi cuñada, quien es uno o dos años menor que mi esposa, contempló la posibilidad de visitarnos a mas de tres años de no ver físicamente a algún pariente cercano. Luego de un corto tiempo, confirmó su visita con al menos cuatro semanas de anticipación por lo que les dimos a nuestros hijos la noticia del futuro encuentro. Para nosotros siempre es grato recibir a nuestros familiares y mi cuñada en particular, tiene una unión fraternal con nuestros hijos, principalmente con mi pequeña Penélope. Aunque el contacto a través del tiempo ha sido intermitente y por muy cortos periodos de tiempo, desde muy niña, la Pequeña Penélope, como he querido llamarle para este escrito, ha tenido la grata ilusión de estar con su tía y esta ocasión no fue la excepción. Por lo tanto, desde el día en que se le informo el hecho de que ella vendría, empezó a hacer planes sobre las cosas que haría y como se divertiría contando con la presencia de su amada tía.
Mi pequeña Penélope no tiene un bolso de color marrón ni un vestido de Domingo pero tiene un gran parecido a la Penélope de Serrat porque siempre esta esperando que suceda algo. Sus ojos tienen un brillo lleno de felicidad que no deja espacio para tristeza y brincan de lado a lado como buscando dar vuelta a la cabeza. Tiende a aferrarse a una ilusión que engendra miles de sueños y fantasías de manera que a veces preocupa cuanto puede ella adelantarse a los acontecimientos. Y me preocupa como padre porque desde que nació, mi mayor encomienda ha sido hacerla feliz y en ello pongo mi esfuerzo entero. Pero la felicidad es como la lánguida luz de una vela que, puede iluminar un cuarto ante la obscuridad extrema pero, un aliento puede amenazar con apagar su fuerza. El problema que se me presenta frecuentemente, si es que puede considerarse así, es que la mayor parte del tiempo pareciera soñar despierta. Y la expectación que le causó la futura llegada de su tía alcanzó enormes dimensiones. Todo el día se la pasaba hablando de eso y repetía los lugares a donde había que llevarla a pasear y que juegos eran los mejores para disfrutar. La vi seleccionando varias de sus películas favoritas que pensaba ver en compañía de su amada tía. Decidió sacar una maleta de viaje y empezó a acomodar algo de ropa hasta que le aclaramos que su tía era quien estaba de viaje y que no se necesitaba armar equipaje. Hablando con sinceridad, desde mi punto de vista la situación era bastante preocupante. Me inquietaba la posibilidad de que mi pequeña Penélope pudiera ser lastimada y reflejar en sus bellos ojos alguna desilusión al no poder ver consumados sus sueños. Ademas, podía contar con un cúmulo de factores que podrían influir negativamente con el encuentro. Su tía vendría cansada de un largo viaje y pretendía una estancia de tan solo tres días. Apenas si habría tiempo para platicar y visitar uno o dos lugares cercanos. Seguramente, cuando apenas lográramos compenetrarnos, ella empezaría a preparar su partida. También, su tía tendría sus propios problemas y la necesidad de compartirlos con su hermana mayor, lo que nos dejaría al resto aparte. En resumen, habían altas posibilidades de que mi pequeña Penélope resultara lastimada. En la fecha señalada fuimos a recogerla al aeropuerto ya viendo caer la tarde. El vuelo se retrasó un poco pero lo difícil fue su paso por migración y la entrega de equipaje. Mis hijos se mantuvieron más de una hora pegados del pasamanos que limitaba el acceso hacia el pasillo de llegada. Aún así, y con todos los retrasos, el encuentro fue emotivo y vi la maravillosa sonrisa en el rostro de mi pequeña Penélope. Durante el camino de regreso no paró mi preocupación. Con muy pocos temas de conversación nos limitábamos a hablar del viaje y sus percances hasta lo fastidioso del cambio del clima y horarios tan dispares. De pronto llegó un silencio que me lleno de inquietud y suspenso. ¿Que hacer para lograr que mi pequeña Penélope no viera desperdiciado el momento? No tuve que intervenir ya que empecé a escuchar que jugueteaban repitiendo algunas palabras y en cuestión de minutos se escuchaban carcajadas. No hubo chistes, ni palabras rebuscadas, solo la interacción como cuando bebés jugaban con las almohadas. Alcancé a ver de nuevo, por el espejo retrovisor esa sonrisa encantada, que eliminó el estupor de la emoción pasada. De ninguna manera es mi intención aburrirlos al contar a detalle y palabra por palabra. Como era de esperarse, hubo poco tiempo para platicar y terminamos visitando solo dos o tres lugares. Me toco presenciar una o dos veces mas, esa interacción tan rara de mi cuñada con mis bellos personajes. Por alguna razón, dejé de preocuparme. Era imposible cumplir todos sus planes pero, a mi pequeña Penélope, pareció no importarle. Era su tía, la de sus sueños y fantasías, la que estaba por delante. El día que mi cuñada se despidió le agradecí su paciencia y el cariño que compartió con nosotros. Pero la verdad es que la vi cargada de maletas, incluyendo una pequeña donde llevaba una buena cantidad de abrazos, sonrisas y besos. Su sonrisa delató el botín que llevaba adentro y una pequeña lagrima en su rostro ayudó a explicarlo sin recurrir a usar palabras. Se llevó consigo esa magia de sueños fantásticos que se ven inalcanzables y que revolotean incansables en la mente de mi pequeña Penélope. Mi pequeña Penélope es una fuente de felicidad y disfruta compartiendo su abundancia. Quien esta dispuesto a tomarla no requiere hacer ningún esfuerzo supremo para alcanzarla. Solamente hay que tomar su mano y dejarse llevar por sus sueños de niñez prolongada. Ella siempre espera algo o a alguien con la mayor ilusión del mundo, porque sabe que ese algo o alguien engrandecerá su alma y se ira colmado de dicha sin importar circunstancias. Hoy preguntó por sus abuelos, sus tíos, la niña(así le dice a su prima porque se le olvida el nombre), los gemelos...en fin, todos estan invitados y no solo la familia, los buenos amigos también son bienvenidos si se integran a su lista.