El aprendizaje de la lengua materna se va formando a partir de las sensaciones y percepciones que el aprendiz tiene de los contextos con los que se relaciona (familia, escuela, etc.) hasta lograr la cognición. Al respecto, A. R. Luria, citado por Figueroa (1982:71) plantea: "Para que tenga lugar la decodificación de la idea tienen que estar presentes tres condiciones:
1. Comprensión de la palabra aislada.
2. Comprensión de la estructura de la oración completa.
3. Comprensión de la comunicación total".
El proceso de aprendizaje de la lengua materna
Los niños nativos de una lengua observan cómo utilizan los adultos u otros niños la palabra en diferentes ocasiones, por ejemplo, la palabra “agua”. Pero esta palabra está inmersa en diferentes situaciones comunicativas, así decimos “dame agua, por favor” o “trae agua”; de forma que el pequeño va integrando las estructuras gramaticales que caracterizan las oraciones cotidianas que contienen el vocablo “agua” y que pueden ser extensibles a otros vocablos, como por ejemplo, “leche” (trae la leche).
Sobre la base de lo anteriormente expresado se elaboran las diferentes estrategias referidas a la enseñanza-aprendizaje de vocabulario de una lengua extranjera. Para el diseño de las mismas se toman en consideración las etapas de orientación, ejecución y control.
¿Cómo conseguir que el alumno aprenda el vocabulario?
Penny Ur, (1996:63) Plantea las siguientes acciones para garantizar el aprendizaje de vocabulario en las lenguas extranjeras.
a) Formas de presentar el significado de nuevos vocablos: definición
concisa, descripción detallada, ejemplificación, ilustraciones, demostración, contexto, sinónimos, antónimos, traducción, ideas asociadas.
b) Práctica y consolidación: canciones y juegos, campo semántico y mapeado semántico, método de la palabra clave, ejercitación de vocablos, y repaso regular.
c) Desarrollo léxico-semántico: lectura analítica, y actividades comunicativas.
¿Qué estrategias de trabajo debe utilizar el profesor de un idioma extranjero?
La mayoría de los autores coinciden en que el trabajo del aula debe recoger las siguientes acciones:
- Trabajo con el vocabulario hablado: palabras de uso corriente en el habla, como “mesa”.
- Trabajo con el vocabulario escrito: palabras que escribimos y usamos de esta manera y no tanto de forma oral, cómo “atentamente” (en una carta).
- Trabajo con el vocabulario de lectura: palabras que reconocemos y entendemos en la lectura y no podemos pronunciar.
- Trabajo con el vocabulario de escuchar. Palabras que reconocemos por el oído, pero no reconocemos en la escritura.
Con respecto a las dos últimas acciones, hay que señalar que éstas son más necesarias en el aprendizaje de lenguas no transparentes o semitransparentes como el inglés, donde es común que la grafía (escritura) y la lectura de la palabra no sea idéntica. Por ejemplo en ingles, aunque podamos leer “amazing” deberemos pronunciar “ameisin”.
Estrategias que siempre funcionan
Algunas alternativas que se pueden utilizar para la introducción y fijación del vocabulario son:
- Brindar los conceptos de las nuevas palabras por medio de dibujos o acciones características, facilitando al aprendiz la construcción del vínculo significado-significante, tal y como lo haría en su propia lengua.
- Traducir el vocablo cuando se está perdiendo el tiempo: si la palabra no evoca ninguna situación o lleva al error, como en el caso de los llamados “false friends”, es mejor traducirla directamente. Este es el caso de palabras como la palabra inglesa “actually” que los españoles tendemos a traducir por el contexto como “actualmente” cuando significa “en realidad”.
- Explicar siempre el significado de la palabra en inglés, con lo que el alumno integrará nuevas estructuras comunes a la definición o explicación de cualquier vocablo. Acción que le será muy útil cuando tenga que preguntar por el significado de un término en una situación comunicativa real.
- Trabajar con sinónimos y antónimos de la palabra, estimulando al aprendiz a formar categorías relacionadas con un mismo vocablo. Por ejemplo, “feliz”, “contento”, “triste”, etc. Emprender esta acción educativa será fundamental para que el alumno adquiera una competencia comunicativa real en la lengua extranjera.
- Invitar a los alumnos formar palabras a partir de la ya introducida, facilitando estrategias que le permitan inventar palabras a partir de otras tal y como lo realizaría un nativo.
- Utilizar juegos para construir el vocabulario. Hay que tener en cuenta siempre la máxima de Confucio y el “Learning by doing” para aumentar la posibilidad de éxito en el aprendizaje.
- Realizar cuestionarios basados en los nuevos vocablos que simulen situaciones reales. No hay que olvidar que la autoevaluación es un proceso de autorregulación que el aprendiz de cualquier lengua extranjera debe poner en práctica en todo momento.
En suma, son muchos los procesos que involucra el aprendizaje de una lengua extranjera (más si esta no es transparente), pero si en algo coinciden los expertos es en la importancia de crear situaciones naturales de aprendizaje en el aula que faciliten la adquisición del idioma tal y como la aprendería un nativo.
Jenny Guerra Hernández
www.facilmente.org
Fuente:
www.facilmente.org/