Si es necesario hacer 10.000 programas de radio, estar forrado de duros, tener no se cuantas emisoras, para poder dar la patética imagen que dio ayer Luis del Olmoen televisión, rodeado de palmeros amigos e incluso con intervenciones telefónicas de políticos afines...¡Manda coña este país!
Nunca he tratado con él. Sin duda está a otro nivel. Me habían comentado de su prepotencia, de su carácter ácido, de su endiosamiento, también del temorque provoca que se traduce en un enorme poder de convocatoria. Pero ayer, este monstruode las ondas, que sin duda lo fue, me pareció un becario timorato con un discurso aprendido y haciendo olímpicamente el más espantoso de los ridículos en La Noria,y encima sin cobrar. Se pasaron tres cuartas partes del programa hablando, bueno más que hablando pataleando, de Jiménez Losantos.El señor Del Olmono puede digerir el que el periodista de COPEle moje la oreja en casi un millón de oyentes. No puede aceptar, y es comprensible, que en la actualidad su cadena de emisoras, por más que contrate estrellas,está jugando, siendo generosos, en la segunda división y que sus méritos solo le sirven, y no es poco, para llenar el auditorio de Ponferrada una vez al año en la entrega de los premios Protagonistas.
Se equivocó el señor Del Olmo al hacer su apuesta por Punto Radio,se equivocó anoche al insultar a los obispos, se equivocó al aceptar que mindundis como el Jordi, (por cierto, este señor necesita un estilista, ¡qué pinta!)Calabuch, Urdazi, Terelule bailasen el agua.Se equivocó al acusar de compra venta de emisoras, él que ha sido todo un campeón en ese deporte, se equivocó al consentir que entrara telefonicamente Revilla tratando de justificar lo injustificable, se equivocó en demasiadas cosas y dejó patente que lo mejor que puede hacer es lo que al parecer le aconseja su familia....dejar este negocio y marcharse a jugar al golf. Ya siento verter esta opinión de alguien que ha sido, sin discusión, uno de los grandes de la radio en este país, pero que ahora no es ni la sombra...la sombra del Olmo.