Hemos llegado a unos límites casi insostenibles. Cualquier director de programa de productora o de cadena, es capaz prácticamente de cualquier cosa con tal de conseguir un shareque le cubra de gloria, aunque se salpique de mierda. Personalmente, cuanto más me explican el funcionamiento de medición utilizado, menos me creo los resultados, pero una es simplemente una juntaletrasde medio pelo y los grandes gurús de las cadenas se juegan sus bonuscon esos datos. Pienso incluso, que hay medicionescompletamente falseadas, no se si por intereses, evidentemente torticeros, tan denunciables como la guerra Mundo-País,o por otros intereses, pero desde luego ciertos resultados me parecen muy alejados de la realidad.
Una piensa que esos resultados son similares, si acaso, a los resultados de las encuestas previas a las elecciones. Pueden marcar ciertas tendencias pero de ahí a contar que taitantosmilsieteciudadanos se regodearon con el Jimy, la Patiño, el Gran Hermanoo cualquier guarreríasimilar, va un abismo. Son demasiados pocos los audímetros colocados y es muy opinable el perfil de los hogares elegidos, pero mientras no exista otro tipo de medición pues el Pedro Ruiz, se va al garete,el Piqueras dirige el informativo menos visto, el Gabilondo no termina de llegar a la media de su cadena, y la Primera gana puntos en su media, con desfiles, partidos y debates de políticos de segunda fila.
Yo creo que ustedes y yo estaremos de acuerdo en que disponer de una televisión guiadapor las audiencias, indica que somos una nación poco instruída, al menos, televisivamente hablando. Yo no creo que seamos, hablando en conjunto, tancatetos, ni con un coeficiente de formación tan reducido, para seguir exigiendoque nos castiguen con bazofiatomatera, buscando corazones y tratando de hacer carambolas a tres bandas en la casa de cualquier hermano. Creo que nos merecemos más, ¿Verdad?.