Cada gobierno intenta arrimar el “ascua a su sardina” modificando una y otra vez la ley educativa, así los jóvenes estudiantes que mañana serán el futuro, habrán obtenido hoy una educación acorde a los ideales o principios del partido gobernante de turno, de esta forma pretenden que el futuro sea mayoritariamente como les gustaría a cada uno, y como sienten o piensan que seria lo mejor para el país. Esto realmente no es criticable, hasta cierto punto es lo normal. Lo que no es normal ni ético es en muchas ocasiones la forma de conseguirlo. Si de ello se desprende el pisar al otro, difamarlo, calumniarlo y desprestigiarlo ya se están equivocando, ya que la razón nunca utiliza la imposición, sino el respeto.
Cuando hay momentos como los actuales en España, de dudas, controversias, diversidad de opiniones, disparidad etc, y cada uno cree llevar la razón sin escuchar y sin ser escuchado, cuando no se sabe bien cual es el camino de salida y ni siquiera el de entrada, hay una solución: recurrir humildemente y sin duda alguna a la Lógica.
Evidentemente cuando se utiliza la lógica y que me perdonen los mas conservadores, la mayoría de las veces no cabe la tradición, ¿por qué?, sencillamente porque la tradición y la lógica se repelen principalmente porque la tradición está anclada en el pasado y en las costumbres que se hacen ley, y la lógica camina la mayoría de las veces junto a la modernidad y a la actualidad. No quiero decir con esto que todo lo moderno es bueno y todo lo tradicional malo. Me quedo con algunas cosas antiguas muy buenas y rechazo mucha de las modernas por su incongruencia y falta de ética.
Sin embargo si hemos conseguido entre todos, unos y otros, un país moderno en su amplio sentido de la palabra, del cual nos enorgullecemos, es porque en gran parte ha imperado la lógica sobre la sinrazón de un pasado oscuro, no obstante se hace necesario dar un paso más que nos siga conduciendo a una mejora general de todos los españoles. Y este paso, que curiosa e irónicamente va ligado íntimamente a los Derechos Fundamentales, es el que más trabajo está costando dar.
Si España es un país laico, donde ninguna religión es estatal, donde todos somos iguales ante la ley, donde no se pueden imponer conceptos ni creencias de forma absoluta, ya que una creencia siempre es relativa, llegará el día, tarde o temprano, guste o no guste, en que todos entendamos que los centros de enseñanzas, son centros de enseñanzas, lugares de educación, donde no se enseñan como “verdad” ni opiniones ni creencias, mucho menos de forma obligatoria y puntuable. No es Constitucional ni justo impartir clases de religión católica como asignatura obligatoria y puntuable, puesto que ésta religión ni es la única ni es la verdadera ya que todas dicen de sí mismas que también lo son. Algunos entonces recurrirán a los años de presencia católica en los colegios españoles, sin embargo el hecho de que la Iglesia haya estado presente desde siempre en las aulas, no implica que tenga que seguir siendo así, ni mucho menos que haya sido bueno.
Los estudiantes cuyos padres católicos quieran que sus hijos estudien religión católica, sencillamente los han de llevar a los respectivos colegios católicos o simplemente conseguir que en las iglesias se impartan clases extraescolares de religión católica. Así mismo en las mezquitas de religión islámica y en las sinagogas de religión judía. Lo que es lo mismo que poner cada cosa en su sitio: la religión en los templos religiosos y lo académico en los colegios. Lo que es relativo, o sea, lo que no es absoluto, lo que es una creencia de un grupo no demostrada como verdad, nunca debería tener lugar en un centro de enseñanza, esto confunde. ¿Cuesta tanto verlo?. “Yo no soy mejor que tu, mi religión no debe gozar de más derechos que los tuyos”. Esto es justicia, esto es igualdad.