Racismo del otro lado

Desde niño se me ha enseñado, como una cuestión natural, que es normal asignar a las personas un sobrenombre relacionado con una característica física o de su personalidad. De tal manera que al "negro" lo determinamos por el color de su piel, "el gordo" por su sobrepeso y prominente abdomen y "el pelón' por su escasez de cabello. Los sobrenombres suelen ser muy obvios pero algunos derivan de una observación genial y van unidos a una situación anecdótica que acredita su autenticidad. Pero me permito aclarar que en la sociedad donde me forme, los sobrenombres tienen dos características básicas. La primera es que ninguna persona puede escoger su sobrenombre y la segunda es que el sobrenombre no debe ser usado en forma de insulto. Aclarando que la primera característica implica que la persona con el sobrenombre ha aceptado ser llamado de esa forma y responde a la misma sin problemas. Y cuando recibe un insulto se requiere agregar un adjetivo negativo al sobrenombre para que implique algún daño. Por ejemplo, "Gordo asqueroso", por nombrar alguno. 

En mi país nadie se altera por el uso de estos sobrenombres porque no se consideran denigrantes en general y forman parte de la realidad de una comunidad llena de gente sin cualidades que trata de mantener el balance hacia lo imperfecto. El problema empieza cuando se utiliza el lenguaje de manera selectiva y muchas veces asociado a ignorancia y discriminación. Y todos sabemos que la discriminación va ligada a una serie de prejuicios y baja autoestima de quien la utiliza como una herramienta para abusar. Una palabra que se utiliza a diario y que tiene décadas, por no decir siglos, rondando caminos, cruzando veredas y sorteando ríos es lo que llamamos "migrante". Los viejos diccionarios lo definirían como: "Alguien que tiende a migrar". Tal vez se agregaría: " persona que se mueve de un lugar a otro buscando una vida mejor" si se quiere dar un sentido humanista al termino. El caso es que si alguien le pregunta a un mexicano que piensa de los "migrantes" por lo general la respuesta va a ser positiva porque como ocurre con los sobrenombres, se les asocia con adjetivos de fraternidad: "Hermano migrante", "amigo migrante" "compatriota' o "paisano". Estos dos últimos usados como nombres alternativos que denotan una aceptación social y política. Y es que buena parte del ingreso neto de capital a nuestro país no proviene de la inversión extranjera sino de los envíos monetarios de la gente que se encuentra trabajando en Estados Unidos en un "ambiente de discriminación e injusticia social" como diariamente se hace notar en todos los medios de información. En nuestro país se tiene la idea de que al "migrante" se le reconoce, se le cuida y se le pide reiteradamente que regrese ( con dinero, preferiblemente). Se le da identidad como ciudadano y se le retiene alabando sus raíces. Aparentemente, el "migrante" se encuentra en una situación privilegiada porque el gobierno los adora y añora como al hijo prodigo que se fue lejos de su madre y que cada vez que regresa se le recibe con los brazos abiertos y se pone en un pedestal. Cuando lo cuento de esta manera hasta se antoja regresar. Pero como lo dije al principio, vengo de una sociedad donde "las cosas son como son y si no les gusta, se friegan" como diría cualquier paisano "no migrante". Por lo tanto, desde que tengo conciencia he sabido que el ser llamado "migrante" tiene un fondo despectivo y necesariamente discriminatorio. La palabra es impersonal porque incluye a una enorme cantidad de personas. Ademas implica que "no son de aquí" y por lo tanto no pertenecen a nuestra tierra, nuestra sociedad y nuestra gente. También implica que se trata de gente sin educación, sin trabajo ni una ocupación estable y que difícilmente manejan bien el castellano o hablan solamente alguna lengua indígena. Para nosotros, esa gente siempre esta de paso y no nos interesa de donde viene o a donde se dirige. Sabemos que no vienen a quedarse porque su objetivo es regresar a "su tierra" o cruzar la frontera hacia los Estados Unidos. Es muy simple, o van al norte o regresan al sur. Cuando realmente nos empezamos a preocupar por ellos es cuando están en tierra norteamericana porque "los gringos"(hablando de términos despectivos)los tratan muy mal. Y es que realmente es injusto que los discriminen por su aspecto, su carencia del lenguaje y su falta de educación. Todos sabemos que la mayoría de los "migrantes" son gente buena y trabajadora en busca de una vida mejor. Que por lograr el "sueño americano" se exponen a mil peligros tratando de cruzar la frontera dejando su tierra, su familia y amigos. Cada "migrante" es un valiente que con su esfuerzo y tenacidad pone en alto el nombre de su patria y ejemplifica el pundonor y carácter del pueblo mexicano y por que no, de un poco mas alla. Pero nuestro gobierno los defiende y busca lograr evitar que algún otro "migrante" vuelva a morir en tierra norteamericana. Hace algunos días, setenta y dos personas, "migrantes"  principalmente de origen sudamericano, murieron ejecutadas en en norte de México, sin siquiera avistar la frontera. Dicen que fue el crimen organizado y no han permitido saber los detalles y causas de la masacre. Pero se da por hecho que es un incidente aislado y que es producto de la respuesta de los narcotraficantes como represalia a las acciones del gobierno en su esfuerzo por acabar con ellos. A los "migrantes" los matan del "otro lado" no de este, lo podrían jurar. En México se les quiere y se les ayuda a pasar la frontera o si se sabe que son "ilegales" se les regresa a su país de origen sin problemas. Debo decir de nuevo que también me enseñaron que para tapar el sol con un dedo se necesita cerrar un ojo y engañar al otro. O lo que es lo mismo, ignorar la verdad y creerse uno mismo sus mentiras. Por eso prefiero contar lo que he tenido posibilidad de saber y ver sin necesidad de hacer una investigación complicada. La información viene de experiencias propias y de conversaciones con inmigrantes que viven en los Estados Unidos. Esto sucede todos los días a la vista de todos o al menos, de quien acepta verlo. Los "migrantes" que regresan al sur son asaltados desde que cruzan la frontera por los guardias aduanales y en su trayecto, por policías federales y locales en busca de dólares o cualquier cosa que puedan robar. Por otro lado, los "migrantes" que van al norte son captados por las bandas criminales que determinan la suerte que han de correr en su paso por México. Lo que es un hecho es que nadie se regresa. Un inmigrante indocumentado me decía:  -Quien es tan tonto para regresar si ya arriesgaste el viaje desde Quito hasta México? A mi me asaltaron los de la "Mara Salvatrucha" y me dejaron herido y sin dinero. Pero no paras, no puedes parar. Luego de que me atendieron en un hospital me fui a buscar mas dinero para poder ir al norte a cruzar. A cada lugar que llegas te la juegas pero sin dar un paso atrás...-  Y es cierto, hacen todo con tal de conseguir los cinco o diez mil dólares que garantizan su paso por la frontera norte. Pero no solo las bandas de narcotraficantes los utilizan para el trafico de drogas. Las policías locales los captan y extorsionan para que cometan crímenes en las grandes ciudades. Son "carne fresca" que se mueve en la clandestinidad sin nombre ni identidad. Muchos terminan ejecutados después de realizar algún "trabajo" o son muertos en el intento. Los lugares donde son captados y retenidos son las centrales de autobuses y trenes a donde llegan en grandes grupos y se les divide dependiendo si pueden pagar la cuota a la policía o se integran a grupos delictivos.  Otro inmigrante indocumentado me comento esto:  - Desde el primer momento sabes que tu vida no vale. Cuando te agarran, ni siquiera les interesa saber tu nombre o lugar de origen, para ellos todos somos "mayitas" o incas. Por eso nos la jugamos con todo, no tenemos nada que perder. Cuando cruzamos a los Estados Unidos, sentimos que ya la hicimos, porque lo difícil es llegar y alcanzar a cruzar...- Mas de un mexicano ha de estar pensando que estoy diciendo barbaridades al mundo. Que el uso de la palabra racismo es muy exagerada y que de ningún modo hace justicia a nuestra historia, cultura y sociedad. México ha dado su liderazgo para lograr la unión de las naciones latinoamericanas y tiende la mano a cada hermano latino en cada oportunidad. pero yo no estoy hablando de ese esfuerzo positivo digno de elogiar. Estoy hablando de la sociedad mexicana que permite el abuso ante la vulnerabilidad. Una sociedad que apenas se entera de la posibilidad de que muchos de los ejecutados y mutilados con anterioridad pudieran ser parte de esta atrocidad. Solo que ninguno quedo vivo para decir su nacionalidad u origen. Vuelvo a recurrir a mi viejo diccionario que me cuenta que el racismo es relativo a la raza. Teniendo que agregar al significado la creencia de superioridad, con la negación del hecho de que el mexicano de indígena tiene el acento y en la piel la particularidad. Es curioso, pero "del otro lado", los "gringos" nos llaman a todos "Mexicans" y nos miran por igual. Solamente a aquellos pocos que dejamos de encajar en el estereotipo nos preguntan si somos argentinos, españoles o chilenos. Muchos inmigrantes ilegales siguen en la clandestinidad por el temor a ser deportados y siguen sin poder portar su nombre con dignidad. Pero la mayoría de ellos coinciden en el hecho de que no quieren pasar otra vez el infierno para volver a cruzar. Pero, si se da el caso, vale la pena jugarse la vida volviendolo a intentar.