El navegador que utiliza no soporta el javascript

Hechos de polvo

ver las estadisticas del contenidorecomendar  contenido a un amigo
compartir en facebookcompartir en twittercompartir en tuenticompartir en tumblrcompartir en meneame

Publicado en Atlántico Diario el 05/11/99

Polvo, barro... qué más da; todo viene a ser casi lo mismo en cuanto a nuestro origen se refiere. Seguramente con intención de matizarlo, Martin Rees, un astrofísico de nacionalidad inglesa, afirma que estamos hechos de polvo de estrellas. Y para llegar a esta conclusión, fíjese usted cuántas vueltas le hemos dado a las cosas. Desde bien pequeños nos enseñaron que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza a partir del barro, y, luego ---y no antes---, de una de sus costillas hizo a la mujer. Un fantástico modelado que ocurrió al principio de los tiempos, porque, de ocurrir en esta época que vivimos, enseguida hubieran surgido voces protestando por el desfase de tiempo entre la creación del uno y del otro, como si ella, la mujer, fuera algo secundario. Con el paso del tiempo, la mente humana continuó su evolución y la explicación del barro y la cadera se fue haciendo cada vez más difícil de comprender. Lo cierto es que esto no acababa de ser convincente, hasta que, en el medio de tanta incredulidad, Darwin nos mostró un planteamiento más convincente con su teoría de la evolución de las especies; y, entonces, todo el mundo tuvo el convencimiento de que descendíamos de los monos. Al fin y al cabo, algunas personas no pueden disimular su gran parecido con los primates, no solamente en el aspecto físico sino también en el comportamiento. Hasta aquí todo estaba bastante claro, pero había que demostrarlo; así, muchos científicos dedicaron su vida al estudio del eslabón que nos conectaba con el pasado: se hicieron excavaciones, se descubrieron restos arqueológicos, se unieron cabos, se sacaron conclusiones, se escribieron libros..., y, mientras todo esto iba ocurriendo, el punto de conexión entre los monos y nuestros antepasados se iba distanciando cada vez más en el tiempo.

Ahora hemos ido mucho más lejos: según Rees, el origen está en el polvo cósmico; una especie de esperma intergaláctica que, en combinación con algún agujero negro escondido en las profundidades del cosmos, dio lugar a un gran orgasmo universal, una gran explosión para una materia hasta ese momento contraída y encorsetada, algo que los científicos describen como el «big-bang». Y, a continuación, como ocurre siempre en estas ocasiones, la expansión, el relax, la laxitud total de aquellos cuerpos celestes que inicialmente eran amorfos y luego fueron tomando forma. Todo esto tiene una gran similitud con el proceso de la gestación, y, al mismo tiempo, me viene al recuerdo aquel conocido principio alquímico: «lo que hay arriba es igual a lo de abajo»; una afirmación cabalística que no terminaba de ser comprendida, como tantas otras cosas a lo largo de la historia. Gracias a la teoría del polvo cósmico ya podemos hablar con cierta propiedad de ojos que brillan como soles radiantes, de cabellos como lluvia de estrellas, de nebulosas mentales y de tantas otras cosas que hasta ahora eran consideradas como ñoñerías o el producto de calenturas cerebrales; está claro: todos venimos del gran polvo cósmico. Y si las investigaciones continúan a este ritmo, dentro de poco también podremos comprender y ver con claridad los agujeros negros, las enanas blancas, las gigantes rojas y lo que usted quiera imaginarse; no hace falta demasiada tecnología ni tampoco ponerse en órbita, lo que está arriba es igual a lo de abajo, mire usted qué sencillo. Si Fulcanelli levantara la cabeza...

Con tanto descubrimiento, la vida va perdiendo el encanto de sus misterios; ahora todo el mundo sabe y habla de todo, el sexo ya no es ningún tabú, las noticias se transmiten al mismo ritmo que se producen, las distancias no son inconveniente para comunicarse..., porque, con tanto avance en el campo del conocimiento y de lo tecnológico, surgen por sí solas las negaciones, las incongruencias y las confusiones, para muestra el infierno: ya no existe, ni siquiera su morador, el diablo. Poco a poco nos van quitando los temores, pero también las ilusiones; vamos caminando hacia una vida carente de alicientes donde todo va dejando de existir, hasta la vida misma. En mi caso, siempre me he resistido a perder las ilusiones, por eso me convence mucho más la teoría del universo pulsátil: un ente cósmico que se expande y contrae ilimitadamente sin necesidad de estimulantes artificiales; un aprieta y afloja universal que se traduce en lo cotidiano; un equilibrio de fuerzas entre lo positivo y negativo. Por eso, a pesar de lo que digan, no pierdo la ilusión por descubrir lo que en realidad se esconde ahí arriba ---o abajo, según se mire---, en ese universo infinito, amenazador y al mismo tiempo atrayente, lleno de agujeros negros y de polvo interestelar, cósmico o como se le quiera llamar. Menos polvo y más ilusión.

Vota:
Resultado:
(16 votos: promedio 4.63 sobre 10)
Autor: Julio Alonso
Enviado por corre31 - 15/01/2002
ir arriba
COMENTARIOSañadir comentario
Regístrate en la web para poder comentar
o conéctate con Facebook
0 Caracteres escritos / Restan 1000
Aburrimiento Mmmmm... Me callo. Confundido Sorprendido Sonrisa Guiño Risa Fiesta! Diablo Beso Lengua Inocente Mier..! Enfermo Enojo Triste Llanto 
Esta web no se hace responsable de los comentarios escritos por los usuarios. El usuario es responsable y titular de las opiniones vertidas. Si encuentra algún contenido erróneo u ofensivo, por favor, comuníquenoslo mediante el formulario de contacto para que podamos subsanarlo.
ir arriba

¿Cómo crear un Album Digital Hofmann?
Organiza las fotos de tus vacaciones, bodas y otros momentos especiales en un album Hoffman personalizado en sólo tres pasos:
- Descargar Hofmann gratis
- Pon el codigo registro hofmann 410767
- Crea el álbum en tu ordenador.
- Recíbelo en tu casa sin gastos de envío.

¡Ahora también calendarios personalizados

Ya disponible la versión de Hoffman para MacSíguenos en Facebook!

Uso de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestrapolítica de cookies. Aceptar