De todo un poco

A cierta cantidad, el dinero se transforma en otra cosa... en poder. y no es tan grave ni tan intensa la busqueda de privilegios como la frenética lucha e intenso pavor de perderlos. A favor del espíritu con que fue dado el mensaje asiento en silencio, reservo un par de ideas y me voy a mirar eucaliptos.

Lo primero buenas noches, con una sonrisa, el dinero solo vale para gastarlo, sino se pudre.

Obesos.

Obesos indecentes, que les mira la gente.
¿Qué mira la gente?
El lastre;
La cruz que cargamos todo el día.

Obesos indecentes, respiramos con dificultad,
Mas respiramos.
Los golpes duelen,
aunque tarden más en llegar al hueso.

Lastre, no sólo de peso,
Sino de presión y opresión
De susurros y miradas,
Que no llegan a insultar,
Mas duelen más que un golpe.
Mas la cruz diaria se convierte en escudo,
Y la rutina hace crecer mentes.

Indecente no por gordo
Sino por reírme de este mundo
En su cara ingenua.
Reírme de esa gente,
Que miran tus defectos sin ver los suyos.
Un defecto es un exceso de virtudes.

Obesos por Manuel Barranco Roda.



Martes, 27 de febrero de 2007

Amancio Ortega, claro... los nombres y yo...

Y que me perdone Amancio Prada. Me pondré a escuchar el Romance del Prisionero...

Me ha gustado tu reflexión. La seguiré y pondré yo de todo otro poco.

Me ha gustado mucho esa frase de que tu amabilidad no es para todos. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Ni la empatía. Todos los días hacemos cosas que no son correspondidas. Y ponemos nuestro granito de arena (eso quien lo pone, claro). Ni un mísero saludo es en la mayoría de los casos correspondido. Nadie es egoísta pero para extraer apenas un saludo, tienes casi que rogarlo, que buscarlo con la mirada, que gustar a la otra persona...

La cara de gilipollas con la que tengo que representar mi personaje en este mundo se acentúa todavía más cuando alguien hace caso omiso a mis “buenos días”, “buenas tardes”, “holas”, en un ascensor, en una escalera, en un autobús, en un bar... en una autopista, en hacienda, ... Casi casi dan ganas de abrazar a alguien que te saluda sonriendo... casi piensas: ¡¡joder, qué pasada!! Hay otros días en que no es así. Parece que el sol es igual a sonrisa y la gente va por la calle, como se dice ahora: “happy”..., entonces tu naturalidad, ésa en la que es tu vida la que te condiciona, sin quitarte la educación, ésa que no cambia de cara dependiendo del sol y de la lluvia, ... como decía, tu naturalidad te hace saludar, y si estás serio, saludas serio. Entonces, si hace sol y saludas serio, pasas a ser tú el maleducado, o el soso, o lo que sea en negativo. Y por supuesto, no eres “happy”. Eres “sad” o “angry” o “fool” o “silly” u otras cosas que ellos no saben. O sí saben pero no dicen por no estar de moda, al menos de momento. Pero ante estos desprecios que se convierten en aprecios con el cambio meteorológico, tú sólo tienes una palabra: fucker, que significa imbécil, jodido, maleducado o cualquier otra cosa en función del sustantivo que lo acompañe. O sea, lo que tú has dicho, Néstor, que mi amabilidad tampoco es para todos.

La competencia con buen espíritu la veo sana. La competencia con espíritu deportivo hace que se avance, que cada vez nos superemos más a nosotros mismos. Entiendo en tu texto que la competencia a la que te refieres es a la del trepa sin escrúpulos, la del ciclista dopado, la del tramposo sin castigo, la del caiga quien caiga. Pero también estoy de acuerdo en que si no hay participantes, no existe la competencia, y tú puedes salir de ella en el momento que decidas. No podemos competir en todo, pero sí nos podemos esforzar un poquito más si con ello mejoramos en algo. Por ejemplo, saludando.

¿Econom&i acute;a solvente o economía tranquilizante? Mucha gente vive de la pantalla, de la imagen. Pero ayer mismo salía en los periódicos que en España hay ya 1.800.000 morosos. Además hay millones de personas que se creen que tienen una segunda vivienda cuando en realidad lo que tienen es una segunda hipoteca y que la vivienda será del banco más tarde o más temprano en muchísimos de los casos. Creo que la gente vive muy por encima de sus posibilidades y que lo va a acabar pagando. La subida del euribor afecta lógicamente más a los que tienen dos viviendas que a los que poseen una y creo que si la competencia es tener un mejor coche o dos casas, la estupidez es casi inalcanzable. Salvo en la gente que lógicamente se lo pueda permitir, y quiera hacerlo. Pero comprar o invertir sólo por competencia me parece una auténtica estupidez. Aunque claro, quizá sea porque yo no lo puedo hacer, jejeje. Aún así, no echo nada en falta. Además, saludo en el ascensor.

El dinero de Bill Gates, como el del mejicano, como el de Amancio Prada... ¡¡cuántas cosas se podría hacer con él!! ¿de verdad que te preguntas para qué tanto dinero? Se le podría dar salida rápidamente, sin perder poder. Quizá lo que les falte a esta gente es, en primer lugar, tiempo para pensar, y en segundo lugar, un buen asesor que les colmara realmente no sólo el huequecito del poder, sino el esencialmente humano. Y no hablo de repartir a ONG’s ni mierdas de ésas que chupan y chupan (es MI opinión). Eso estoy seguro que lo hacen y así limpian sus conciencias o sus creencias. Podrían empezar por sus propios pueblos. O por eliminar la lepra (con lo cual serían eternamente reconocidos). Hace años se ponía el ejemplo que para eliminar la lepra del mundo sólo se necesitaban 5.000 millones de pesetas (minucias para estos personajes) y que la cláusula de rescisión de un contrato de un jugador del Betis, ya valía más de 20.000 millones... (¡¡¡...!!!) o crear escuelas, no sólo para los pobres, sino también en pro de la investigación, de eliminación limpia de resíduos,... en fin ... otras quimeras y payasadas que estoy pensando. Payasadas a sus ojos, supongo. Más bien creo que ni siquiera son situaciones que se plantean. Y hay muchas más quimeras... ¡¡¡tantas... !!!

Ahora pondré un poquito de mi cosecha, saliéndome de tu línea correcta. El otro día estuve en la playa y me sorprendió la cantidad de personas (por llamarles de alguna manera), embutidas en esos trajes de baño las más detallistas; bikinis, las más nauseabundas y top-less las más imperdonables. Y no lo digo, lógicamente por el tamaño y presencia o ausencia de ropa, que en muchos casos se agradece casi con aplausos, sino por la ingente cantidad de grasas acumuladas en zonas que debieron ser en su momento un tronco y unas extremidades. Me sorprende que año a año la cantidad de obesos crezca de esta manera sorprendente. Y cómo se transforman las personas en unas grotescas figuras de Botero con carnes de trozos negros y venas hinchadas por la falta de circulación. Entiendo la obesidad derivada de la enfermedad... digamos de problemas de tiroides o de otro tipo. Pero los gordos que se ven hoy en día no se han visto nunca. Esas barrigas que caen por encima de los muslos, ese sedentarismo físico y mental, esa desgana... y lo peor de todo: esos hijos obesos desde pequeños, condenados para el resto de su vida. Es mucho más importante de lo que parece este comentario. Lejos de lo aborrecible estéticamente, está lo que conlleva: enfermedades, gasto social,... Puede que este comentario levante ampollas entre los rellenitos, pero no tendría por qué ser así. Es tan deprimente ver a un negrito famélico y rodeado de moscas como a un seboso occidental rebosante de gloria y grasa. Si la palabreja no tuviera las connotaciones que posee, creo que la mejor palabra para describirlo es: pecado.