Sepa que quien ha gastado fondos públicos en la visita del papa, está quitándoselos a la clase media y a los que menos ganan.
Tan sólo para unos minutos de uso, se instaló un altar de 2.900 m2 que costó 835.000 euros, eso sí, dotado de un microclima. En el Palacio Arzobispal se construyó un apartamento de 180 m2 para solo unas horas. Así mismo, se invirtió millones en la construcción de apartamentos para los obispos invitados, tres mil, en el viejo Seminario de Moncada. (Admin. de Atrio 08.02.06)
Por toda la ciudad se instalaron 40 pantallas gigantes para seguir el evento, 35 Km. de vallas para cerrar los recorridos, 7.000 urinarios, 1.000 cámaras de seguridad, 5.000 policías velaron por la seguridad del papa durante su visita, etc. Esta visita pudo haber costado a las arcas de la Comunidad Valenciana 30 millones euros según cálculos del propio Consell (ELPLURAL.COM 17.02.06). Aunque sobre la visita del papa a Valencia es difícil encontrar una fuente que dé la cifra total de millones de euros que va a costar a toda España.
No obstante puede estar seguro de que gran parte de los gastos van a repercutir en la clase media y en los que menos ganan. Mediante los impuestos todos hemos llevado esta carga, y en vista de la situación general de nuestro país uno se pregunta: ¿Por qué los políticos tiran el dinero por la venta si está faltando para solucionar los problemas del mercado laboral, de la presión sobre los salarios, del derecho a una vivienda digna, y en los ámbitos de educación, sanidad, pensiones, inmigración, etc.?
“La construcción de un ostentoso altar para celebrar la misa del papa encima del puente de la ciudad de las Artes es un perfecto ejemplo de humildad. Mientras en la parte de arriba de uno de los puentes del Turia estará la jerarquía eclesiástica, en la parte de debajo de otro de los puentes del mismo río se amontonan los indigentes y los inmigrantes sin papeles que no tiene ni donde dormir. Es la foto de la realidad. Arriba y abajo. Como en aquella serie de televisión, arriba del puente de la Ciudad de las Artes, los todopoderosos. Abajo del puente de la Estación de Autobuses, los inmigrantes. En el moderno hotel Barceló de la avenida de Francia los obispos y cardenales de la curia romana. En las colchonetas sucias y húmedas que hay debajo del puente de la Estación, yacen tirados en el suelo, decenas de inmigrantes. Arriba y abajo. Para adornar el altar del papa la iglesia se gasta millones de euros. Para dar de comer al hambriento, de beber al sediento y de dormir al peregrino, nada. Sin embargo, Jesucristo habría montado su altar debajo del puente de la Estación”. (Diario de Valencia, 05.05.06)