Quiero pintar. Quiero pintar algo increíble, pero no quiero hacerlo con un lápiz, sino que quiero pintarlo en tu cabeza. Quiero que sea algo sencillo, ¿por qué no un árbol? Un árbol robusto y fuerte, con ramas grandes sobre las que pequeños seres aguarden a ser vistos, para luego esconderse. Quiero que sus hojas sean tan grandes que no te quepan en las manos, proporcionando sombra en medio del calor y la tranquilidad; un lugar en el que sentarse y contemplar el amplio bosque que se extiende a tus pies.
Pero no solo eso. Quiero seguir utilizando el pincel de tu mente. Quiero que bajo ese árbol haya una persona, una mujer, reposando sobre una de las ramas. Una mujer tan maravillosa como el paisaje que la rodea. Apenas se distinguen sus rasgos faciales, pero su perfil es simplemente asombroso. Es tan hermosa que ni si quiera en un dibujo puedes parar de mirarla. Está sentada, mira tranquila al infinito. Y tú no quitas tu mirada de ella, hay algo que tira extrañamente de ti, y que hace que sólo quieras estar a su lado.
Cierras los ojos y de pronto te ves allí, con los animales, con el bosque, tras ella.
Ahora quiero que te acerques, que la mires de cerca, quiero que puedas mirar dentro de sus ojos, que veas ese contraste entre celeste de su iris y el negro de la melena.
Quiero que sigas sintiendo lo mismo, que sepas que es ella, que esa mujer lo sea todo y que a partir de ahora solo quieras respirar el aire de este bosque.
Y entonces, quien sólo lo mire no verá más que un dibujo, pero quien se detenga a sentir lo que de verdad ocurre dentro, dejará de ver a una sola mujer en aquel paisaje, para comenzar a vislumbrar otra silueta, simplemente sentada junto a ella, respirando calmado, en paz con el mundo, porque por fin ha encontrado lo que necesitaba, y ahora, estarán juntos para siempre en este cuadro, que sigue siendo solo un reflejo de tu imaginación. :)
Fuente:
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