Pensar eterna y largamente en ti, parece ser uno de los propósitos de mi existir, porque sigo extraviado en tu mirada aunque tus ojos no puedan dirigirse nerviosos hacia mi y sigo enredado en el vaivén de tu cabello y escondido entre tu sombra cada vez que caminas, sin presentir que siempre existiré en ti, mezclándome en el bullicio de la gente, entre el trafico, entre los libros, entre esas personas desconocidas que para ti son tan cotidianas como el salir del sol, como los latidos de tu corazón.
Aun soy lo que solía ser ayer, he caído muchas veces y me he levantado muchas mas, he recobrado poco a poco mi absurda soledad y las palabras parecían solo estarse tomando un descanso antes de regresar a mis manos, antes de obligarme a escribir para que cuando tu leas estas líneas ellas puedan arremeter contra ti, con la misma fuerza con que las olas chocan en el mar. Sigo varado en esta isla de recuerdos que me construí con todo lo que robe de ti y aunque el tiempo ha pasado dejando su huella indeleble en mi, no te fijes en eso, el amor no tiene edad, para el no existen calendarios y seguirá viviendo en la eternidad aunque talvez yo me haya marchado, aunque tu talvez me hayas olvidado, el amor será una existencia eterna, un momento detenido para siempre en la eterna inmensidad.
No se donde puedas estar mientras te invento estas palabras en medio de la soledad, pero yo no quiero salir de este cuarto rodeado de oscuridad, porque afuera todo esta mas oscuro, no hay estrellas ni luna llena, solo hay silencio y mas oscuridad y también fantasmas que deambulan por todos lados, con sus cuerpos desgastados por un olvido que talvez no desearon pero que el tiempo les obsequio.
Yo no quiero salir, me he vuelto mas ermitaño, un poco menos silencioso eso si, porque a veces juego a inventar canciones para ti, porque la palabras… o dios, las palabras, fluyen y fluyen como el torrente de mi vivir para intentar desembocar adentro de ti, en tus ojos, en tus manos y tus oídos, en tus sueños y en esos futuros lejanos que no se si llegaremos a vivir.
A veces trato de pensar que no te pienso y trato de engañarnos a los dos creyendo que ya no te amo, pero todo es tan obvio en mi realidad y en cuanto me encuentro con un momento de soledad, tu imagen se desliza por alguna parte de la memoria y empiezo a recordar y empiezo a idealizar un sueño de esos de ojos abiertos, que son mas imaginativos que los de verdad. Y me dueles, me dueles en algún lugar inexplicable y estas manos que quisieran tocarte solo pueden aferrarse al vacío y entonces me recorre otro escalofrío al comprender que no estas aquí junto a mi, que existes plena y feliz en algún lugar, pero no aquí… no en este lugar donde tu espacio te espera indemne y los inviernos tan míos pueden convertirse en primaveras, con una sonrisa de tus labios y con tan solo una chispa de tu vivir.
Sigo viviendo junto a ti, en las cosas que haces, en los libros, en las calles, entre el trafico y el bullicio de la ciudad, en tus sonrisas y tus soledades, en tus recuerdos y las trivialidades, sigo allá y sigo aquí, porque a veces siento que no estoy conmigo, porque todo yo estoy junto a ti, aunque tu te encuentres tibia y lejana, en algún lugar que no puedo descubrir. Aunque yo solo pueda tener aquí la parte de tu vida que me dejaste, sin saber que seria la mas importante para mi.