En la tierra los tiempos cambian, la suerte también. Gira el mundo, giran los días. Giran las estaciones. Gira el éxito. Gira la fortuna.
Chupa-Chups Fariñas lanzo al ruedo televisivo una nueva emisión. Eufórico ya saboreaba el éxito. La audiencia la señalaba como el “milagro” del siglo. El éxito se olfateaba en el aire de “Onda corta”.
“Mira quien habla”.
Sin embargo el fracaso se dibujaba y Fariñas, María Pirula Ratillo y compañía no se lo imaginaban.
“Mira quien habla”
Fue la trampa, la reacción no prevista del público. El principio del fin.
Instante fatídico, cuando los telespectadores, mirando a los animadores: Jordi Tomate, María Pirula Ratillo, Chupa-Chups Fariñas, Karmelita Marcha Atrás y a sus invitados Don Joan Catalino Avaricio o JR Babon Guarrisson, entre otros, se dijo señalándoles “mira quien habla”. Añadiendo:
“Los que tienen de que callar”.
En Kun Chinchín todos sabemos de qué pie cojean dichos personajes. Incluso algunos de ellos…sinceramente…..ya no es cojera……..es mucho mas.
La audiencia bajaba, pero el clan de la Pirula no veía el más contundente de los fracasos dibujarse en el horizonte. Cegados en la única línea que su falsedad natural les permitía seguir; siguieron apostando fuerte por “mentiras y compañía”. Ya olían mal - si al sentido metafórico de la palabra se añade el propio, el genuino, el olor a pies de JR Babon – ya salía el fétido olor hasta por la pequeña pantalla.
“Mira quien habla” tenia por referencia absoluta a un porrero dedicándose a la venta de marihuana para mantener su vicio. Violento, ladrón, mas burro que los burros (inspiro una serie “platero engominado”), insultando con frecuencia a su madre, entre otras cosas. En una palabra: un caso clínico. La otra referencia, columna vertebral, diríamos, de la emisión: el mitómano del barrio Kun Chinchín (Don Joan Catalino Avaricio) ahora, incluso se dedica a rastrear los bolsillos de los huéspedes alojados en el hostal, llevado por su esposa, para comprobar si algún billete olvidado puede ser objeto de una transferencia tipo “del bolsillo de tu americana al mío y aquí no paso nada”. Estos dos personajes, hacían tanto de invitados como de testigos. Aquello era un delirio total y chapucero de mentiras. La emisión hubiese podido ser bautizada, sin mas, con el nombre de: “Aquí estamos para mentir. A ver quien lo consigue mejor”.
El principio del fin: la audiencia callo en picado.
Nuevos tiempos se avecinan y un nuevo destino se diseña para María Pirula Ratillo y compañía. Después de un año en paro técnico, arruinados, sin amigos, sin prestigio, sin ningún futuro profesional, optaron después de un concilio pirulesco, por un prudente y saludable cambio de ciudad. Quemados y desprestigiados por sus propias mentiras. Estaban más quemados en los medios de comunicación que una bruja en la hoguera de la Inquisición. JR Babon (buscado por el robo de un Typhoon 50cc), dadas las circunstancias, se unió a la expedición.
En un principio, buscaron un provisional refugio en el antiguo criadero de cerdos, legado a María Pirula Ratillo, por sus difuntos progenitores.
El entorno había cambiado mucho. El criadero asomaba sus paredes de cal, antaño blancas, en medio de un vertedero. Desanimados pasaron el día sentados entre los montones de basura buscando otras opciones. Cuando la oscuridad cubrió con su capa negra partida de luz de luna llena y estrellas el vertedero……hasta tenia un toque romántico. Resignados entraron en la pocilga y se acomodaron para pasar la noche. Mañana seria otro día.
El vertedero les ofreció colchones, así como otro tipo de materiales utilizados para transformar la pocilga en una morada, más o menos, agradable. Hasta encontraron sustento, algunos alimentos recién tirados a la basura por las grandes superficies - la clientela exigente tan solo compraba los productos ofreciendo las mejores condiciones - eran desde luego aprovechables.
Jordi Tomate, su nombre lo predestinaba, se ocupo del fogón. Los demás se pasaban el día rebuscando en el vertedero. Al fin y al cabo, pensándolo bien, María Pirula y sus compañeros de la prensa del corazón, es lo único que han hecho a lo largo de su vida: rebuscar en la basura. Hicieron de los trapos sucios (ajenos, claro esta) el centro de su profesión. Mas, si no se encuentran, no pasa nada, para alimentar el “cotilleo televisivo” se lanza alguna polémica suposición y a vivir del cuento.
(Hasta que un día, por esas casualidades de la vida, se dieron de lleno con un marciano poco convencional, dejando su mirada espacial navegar por el planeta, preguntándose, en voz alta y sin pelos en la lengua:
- ¿Y tú que tanto hablas? ¿Quién eres? ¿San Antonio de la florida? Tenéis mas bien pinta (porque al fin y al cabo la “suposición” no tiene dueño, es de todos) de frustrada, de puta desparramada, de maricon que no encuentra polla que lo consuele. Te miro a la cara y te lo escribo como lo siento, no tienes pinta de cosa sana. Tu lengua, a ella sola, acumula más mierda que todos los vertederos del planeta juntos. Puedes ir vestida con ropa de las mejores marcas, llevar perfumes caros, pasear tu culo por todos los platos, pero en el fondo no dejas de ser una busca mierda, rastreando los vertederos sociales en busca de algún escándalo. No eres quien, ni para hablar, ni para especular. Tu, que sin duda tienes mucho de que callar.
No se extrañen si María Pirula y compañía tienen un diente de tiburón contra mí. Cierro el paréntesis para volver al cuento).
Karmelita se alejaba con frecuencia del vertedero, hacia largas excursiones por el monte en busca de las plantas necesarias par llevar a cabo sus conjuros (era su nuevo pasa tiempos).
Una de esas caminatas la llevo hacia un pueblo, compuesto por cinco o seis casas no más. Una tranquilidad inquietante lo envolvía. Se acerco, llamo a las puertas, no obteniendo contestación, entro. Casas abandonadas desde décadas. Un pueblo sin habitantes, vacío, muerto.
En la pocilga, la noticia fue acogida con alegría. Al amanecer todos recogieron sus pertenencias y se pusieron en marcha hacia el pueblo. Inspeccionaron cuidadosamente todas las casas antes de seleccionar la que mejores condiciones les ofrecía.
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El vertedero, a unos cinco kilómetros del pueblo, les siguió ofreció todo lo necesario para acomodar la casa. Poco a poco todos encontraron un hueco a su medida. JR Babon inquieto miraba sus existencias de marihuana disminuir. Tenia que encontrar una solución y además rápidamente.
Unos viejos prismáticos, con una lente rota y la otra operativa, le permitieron controlar el vertedero desde el pueblo. Todos los martes y jueves, a hora idéntica, un camión soltaba su carga de basura.
Este martes los empleados del ayuntamiento encontraron a JR Babon esperándoles en el vertedero. Les pregunto a cuantos kilómetros se encontraba la ciudad más cercana, y de paso, si podían llevarlo. Estos últimos, aceptaron.
JR Babon pasó el día moviéndose por la pequeña ciudad. Al anochecer había explorado tanto los barrios altos como los bajos. Sentado en el banco de un parque espero a que, ya muy entrada la noche, las calles se vaciaran de todo pasante.
Entonces entro en acción. Primero los barrios altos. Se acercaba a los coches aparcados escudriñaba su interior y cuando algún objeto de valor le enganchaba la mirada, ayudado por una fina alambre, forzaba la puerta. De madrugada se había hecho con un interesante botín. Espero en el parque la abertura de tiendas y negocios y se dirigió hacia una zona del barrio bajo donde, el día anterior, había fichado una siniestra tienda de compra-venta. El dueño, mal afeitado, descuidado, lo atendió. Miro con mucha atención cada uno de los objetos, se rasco la cabeza, tosió. Acabo ofreciendo un precio. JR Babon negocio. Llegaron a un acuerdo.
En una cafetería cercana comía, con la prisa del que tiene hambre, un pincho de tortilla. Desde la barra un chico delante de una clara lo miraba de reojo. Los cofrades del porro se reconocieron. La conversación se entablo y JR Babon dejo claro que estaría interesado en la compra al por mayor.
- Vale, yo te puedo proporcionar la cantidad de marihuana que quieras.
El Babon, ofreció a cambio de unas cuantas placas de “chocolate”, un reloj R.Bulotti, no vendido en la tienda por no haber llegado a un acuerdo sobre el precio.
Al atardecer un tren de cercanías lo dejo cerca del vertedero, husmeo entre la basura, encontró dos o tres kilos de patatas en buenas condiciones y con ellas en la mochila “de marca”, también robada, emprendió camino hacia el pueblo.
Después de una sartenada de patatas con cebolla se tumbo en el catre para inaugurar la sesión porrera.
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El Cholo, abastecedor de marihuana del Babon, tenia contactos con la mafia de una republica bananera, buscando un terreno discreto y propicio para el cultivo de la grácil planta. Recientemente había recibido una proposición:
- Mira, Cholo, nos queremos simplificar la vida. La idea es sencilla, cultivar la marihuana in situ y así quitarnos tanto los problemas de transporte, como de aduana. Encuéntranos un terreno reuniendo todos los requisitos de discreción - por el clima no te preocupes - nosotros traemos las plantas, vía Egipto, disfrazadas de papiros y las plantamos. Te proporcionamos el personal, así como todo lo necesario para tratar a la maria y te nombramos gerente de la plantación. Tienes la oportunidad de montarte en el dólar. ¡Tu mismo decides!
Desde entonces el Cholo le daba vueltas a la cafetera. Un terreno, un terreno. Eso era lo primero: encontrar un terreno.
Un día acompaño al Babon hasta el pueblo abandonado. Primero el vertedero, después un camino, sin asfaltar, capaz de destruir los amortiguadores hasta de un todo terreno. El Cholo freno, dudo:
- ¡Joder me voy a quedar sin coche!
Con las manos puestas en el volante, miro al horizonte, mientras pensaba: “Este sitio…..quien sabe”.
- Oye, Babon. Este camino parece más abandonado que la tumba de mi tatarabuela.
- Pues si. Vivimos en un pueblo abandonado. Los únicos, los de la basura, vienen hasta el vertedero dos veces a la semana. Por lo demás nada. No hay una rata.
El coche se puso en marcha. El motor rompió el silencio envolviendo al pueblo.
A la entrada de una de las casas, Jordi Tomate, se dedicaba a regar unos geranios. María Pirula roncaba a pata suelta bajo una higuera, la Boulette Lozana pensaba y del interior de la casa, por una ventana abierta, se podía oír la voz de Karmelita rezando una extraña letanía:
- Baba de sapo, brakakatabra, lengua de víbora, pélala patatapeletae, enroscalacalobra, kikiriki, pelos de diablo, varkeketedea……etc., etc., etc.
- Joder, donde me metí. Pensó el Cholo.
En la habitación del Babon, se fumaron unos cuantos porros a cuenta del Cholo, mientras este, se informaba.
- Y por los alrededores, que hay.
- Ni una rata tío, ni una rata. No hay alma viva. No pasa nadie. Además el camino del vertedero, acaba aquí. Campo y bosque, lo que hay.
- ¿Y los campos que?
- Abandonados, tan abandonados como el pueblo. Hay más vida en el vertedero que aquí.
- Vale, vale. Anda enséñame los alrededores.
El Cholo echo un ojo experto. ¿Porque no? Desde luego por lo discreto podía ser. En cuanto a las condiciones climáticas Mafio Mafioso, perecía tener el problema resuelto.
- Los colegas que viven contigo. Son trigo limpio.
- Que dices. Ahí como los ves, con sus modales de gente educada, con estudios, y todo el rollo patatero, son como yo, o peor. Trigo sucio, macho, trigo sucio. Si te contara ni te lo creerías. Joder, hasta tíos como tú y yo nos quedamos cortos.
- Así me gusta. Podridos, bien podridos. Daremos nueva vida a Porra-Porra.
- ¿Porra-Porra? ¿Qué es eso?
- El nombre de este pueblo destinado a la prosperidad.
- El pueblo ya tiene nombre: “Rascalapole”
- Pues de ahora en adelante será Porra-Porra.
En el pueblo, la Pirula y compañía sobrevivían. Karmelita después de haber participado en un concurso televisivo de supervivencia (había aguantado unos cuantos programas en condiciones bastante difíciles antes de ser largada por el publico) era una experta en el tema.
Capitaneaba al equipo, organizaba excursiones al vertedero en busca de alimentos u otros objetos necesarios para la vida cotidiana. Incluso encontraron una tele, desde entonces lucia su pantalla negra en la cocina-salón y aunque no funcionaba, a falta de imagen, quedaba la ilusión de tener la tele. Hasta, en las noches de luna llena, parecía que la pantalla se iluminaria y cobraría vida emitiendo alguna emisión o película. Vana esperanza. Como si fuera poco el pueblo había sido abandonado antes de que la electricidad llegara hasta el. En fin, la tele ni por magia. En las noches de desesperación total Karmelita fijaba su mirada en la negra pantalla queriendo utilizarla como una adivinatoria bola de cristal donde ver tiempos mejores. Nada, oscuridad total.
De lo que un día fue campo de maíz, hoy quedaban unas cuantas mazorcas lindando el bosque y cumpliendo aun religiosamente con su deber. Cada año, ofrecían a una cosecha que no tendría lugar, sus granos dorados por el sol. La Pirula y compañía se alimentaban básicamente de setas, bellotas, frutas silvestres y maíz. La dieta era, esporádicamente, completada por los alimentos recuperados del vertedero, en una palabra vegetarianos, por circunstancias de la vida.
A su cuarta visita el coche del Cholo con una vaca (tamaño casi real) en cartón piedra, atada a la baca del coche, aparco delante de la casa habitada. Era una de las esculturas formando parte de una exposición urbana “Vacas en la ciudad” y robada por el Babon (este hecho no es autentico en el currículo, perdón en el curriculum de JR. Es un robo añadido por las necesidades del cuento). Pensó que quedaría bien en el salón, como motivo decorativo. Ante la negativa general, la vaca acabo en la calle, delante de la casa vecina. La verdad quedaba muy bien. Incluso esa vaca inmóvil daba cierta vida a un entorno aun más inmóvil que ella.
La sorpresa fue, cuando un atardecer, otra vaca, ella de carne y hueso, intentaba relacionarse con la de cartón piedra. Karmelita aprovecho la ocasión y sin dudarlo un instante la llevo al establo de la casa, la ato y le trajo, para tranquilizarla, a la compañera de cartón piedra, entonces se sentó encima de una vieja caja de madera y con los pezones de la vaca entre sus dedos se puso con movimiento regular a extraer el blanco líquido. Las condiciones de vida generales mejoraban de día en día. Ahora, disponían hasta de leche recién ordeñada. Todo un lujo.
La Boulette Lozana, ella, mirando a las vacas, organizaba en su mente un culto de inspiración hindú. Shrinipuri la vaca sagrada. ¡Podía ser la bomba!
Recupero la vaca de cartón piedra, la aseo y la llevo a lo que en su día, por la apariencia, se presto de altar, a algún cura del vecindario viniendo cada semana a celebrar la misa. Pasaba largas horas rehabilitando aquel sótano, donde algunos toneles deslabrados indicaban que además de iglesia improvisada ofreció su idónea temperatura para ser la bodega del pueblo.
La polémica estallo entre la Boulette y Karmelita, esta ultima pretendía que Margarita, la vaca de carne y hueso, daba menos leche desde que le habían quitado a su compañera de cartón-piedra.
El Cholo, se instalo en Porra-Porra.
Contacto con Mafio Mafioso le expuso la posibilidad de un paraíso escondido para el cultivo de la maria, y le explico de paso la necesidad de instalarse en el pueblo para examinar a fondo el terreno. Necesitaría para ello una serie de comodidades carentes en Porra-Porra. El silencio duro a penas dos segundos, roto por la voz de Mafio Mafioso, ordenando
- Haz una lista y tendrás todo lo que necesitas. Resultados, Cholo, quiero resultados. Ya sabes como trabajamos en la familia. A partir de ya, me pongo a la espera de tu llamada.
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Al pueblo llego un escuadrón de albañiles, fontaneros, electricistas (optaron por hacer enganches piratas en los cables eléctricos mas cercanos para abastecer Porra-Porra en electricidad). En quince días, un considerable cambio fue llevado a cabo.
Dos ingenieros, un arquitecto, un especialista en seguridad así como el personal domestico necesario para los quehaceres del “cuartel general” del Cholo y compañía se quedaron en el pueblo.
Estudiaron el terreno, las cercanías, la ciudad vecina, las aldeas mas cercanas, las idas y venidas del camión de basura. El mejor lugar para el cultivo y donde instalar el laboratorio. Los habitantes de Porra-Porra, es decir la Pirula y familia, también fueron sometidos a una discreta investigación. El pueblo tenía que seguir teniendo apariencia de abandono, por ello estudiaron minuciosamente la cantidad de personal que podrían tener allí sin levantar ningún tipo de sospecha.
Un informe de lo más detallado fue enviado a Mafio Mafioso.
La suerte estaba echada. El porroyecto (proyecto) Porra-Porra, fue aceptado.
Más obreros, llegaron.
- ¿Por qué son todos sud-americanos?
- Que te calles Karmelita, que te calles.
El campo fue labrado y la marihuana plantada. Uno de los arquitectos propuso:
- Ay madrecita Boulette, necesitamos el local de la vaca sagrada para instalar el secadero. Ya le buscaremos un lugar mas apropiado para Shrinipuri. Palabra de honor.
Visto las mejoras generales de las que se beneficiaban de rebote, la Boulette acepto sin más.
- Madrecita ¿Por qué una vaca? Yo le sugiero un cóndor, mucho mejor ¿No?
En unos cuantos meses todo estaba funcionando JR Babon, paso de la venta de marihuana al detalle al por mayor. Karmelita, con los obreros, pudo seguir adelante con su terapia sexual. El Tomate, no teniendo ningún éxito miraba a la vaca de reojo pensando:
- Si al menos fuera un toro. Pero una hembra que asco.
En cuanto a María Pirula se daba un descanso. Eso si, fue la musa de uno de los obreros cantando y tocando la guitarra con mucho gusto. La letra de la canción es la siguiente.
Aunque va vestida como las chicas de hoy – No se fíen de las apariencias – Es una bruja muy brujera – Os lo digo yo – Las noches de luna llena – Bañada de luz de plata – yo la he visto bailar – Con su escoba a la muy condenada – Movía las caderas a ritmo de bachata – Si se perdiera por los Andes – Hasta el mismísimo cóndor – Pájaro de lo mas valiente – Saldría asustado y pitando hacia otra parte – Es una bruja muy brujera – Y si te fijas bien lo podrás ver – Las noches de luna llena – yo la he visto bailar – con su escoba a la muy condenada – Movía las caderas a ritmo de bachata – Tiene las piernas tan torcidas como tarántula negra – Bruja brujera, cuando oigas mi canción – No me seas rencorosa y si no te digo hermosa – es porque eso seria mentir mas de lo que yo puedo
Hay que decirlo todo en su momento, también inspiro “el baile de los patiño’s”. Una musa, la Pirula, una incontestable musa.
En compañía del Cholo, el Babon arriesgo un viaje a la Kapital para contactar con antiguos clientes y ofrecerles la nueva mercancía. Esta vez la marihuana se presentaba bajo la forma de hierba adecuadamente secada.
Se hospedaron en el hostal de Rosy. Entre las manías y tendencias del Catalino; el Babon y sus tarros de cristal conteniendo la hierba; los amigos del Babon, con unas pintas tirando a lo inquietante; el señor de la habitación de la esquina y sus pases de orinal pasillo adelante hasta el baño (solía llevar el orinal como si fuera un candelabro iluminando la oscuridad) y un profe de idiomas, paseándose con los libros de texto en un carrito de la compra. El Hostal quedaba de serie de televisión.
Contactos establecidos, venta concluida, el Babon y el Cholo se dirigieron hacia la estación de RNEFE. Ligeros de equipaje, se disponían a bajar las escaleras del metro cuando un mendigo, cartón de vino en mano, extendió la mano. El Babon lo reconoció.
- ¡Hombre Fariña’s!
Este último explico que no se había repuesto de la traición de su amante, además estaba sin un duro y sin empleo.
El Cholo y el Babon, le propusieron de acompañarles a Porra-Porra, donde se podría reunir con sus antiguos colegas.
La llegada de Fariña’s fue acogida con moderado entusiasmo. Pero bueno, ahí estaba y no quedaba mas remedio que apechugar con el.
La evidencia se hizo pronto sentir. El personal se movía a la ciudad compraba, no pasaba desapercibido, los del vertedero veían de vez en cuando algún coche por el camino olvidado, en fin era imposible hacer pasar el pueblo por desierto. Había que adelantarse de alguna manera y prevenir el desastre.
La idea nació en la cabeza de la Boulette, se harían pasar por una colonia neo-hippy.
El campo de marihuana, rodeado por una fortaleza de maizales quedo perfectamente integrado al entorno. Nuevos oficios-tapadera fueron inventados.
Principal fuente de ingresos de Porra-Porra recuperación y restauración de deshechos. Incluso una de las casas fue adaptada en taller escuela de recuperación de basura.
Los albañiles montaron en la plaza del pueblo una explanada cubierta, para servir de templo a Shrinipuri. Ante la vaca sagrada un pequeño estanque en cuyo borde un cartel explicaba: Piensa un deseo, tira una moneda al agua y se realizara (estilo Fontana di Trevi).La Boulette estaba en su salsa.
El bar del pueblo, estilo Indonesio, llamado Bora-Bora seria llevada por Fariña’s y Karmelita los dos vestidos onda hawaiana (un mezklum hawaiano-hippie quedaría mas original). Jordi Tomate experto en el arte culi(nario), seria el cocinero.
En cuanto a María Pirula, confortablemente instalada bajo la higuera, con sillón y mesa redonda, leería las cartas del Tarot.
Se dejo claro que, además del dinero ganado con sus “oficios”, cobrarían como figurantes,
Todo estaba listo para presentar Porra-Porra al mundo.
Mientras se esperaban los primeros visitantes, la maria, gracias a un sistema de vapor templado saliendo de unos tubos en plástico recorriendo el cultivo a ras de suelo, prosperaba. Unos toldos, pintados con motivos cuidadosamente estudiados para ser interpretados por la retina, en vista aérea, como maíz, tenían igualmente función de almacenar la energía solar, afín de ser utilizada en los meses de invierno. Todo el año misma temperatura, misma humedad. Con esas condiciones estaban previstas tres o cuatros cosechas anuales.
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Todos los jueves por la noche, en la explanada del pueblo, Shrinipuri, cuidadosamente puesta a un lado era el principal adorno de un plato improvisado (sin cámaras, sin focos) un riguroso directo. A un lado los “periodistas”, Pirula, Boulette, Karmelita, Fariña’s. En medio, Jordi Tomate, como moderador y al otro lado el invitado, generalmente uno de los trabajadores en la plantación.
La verdad, sea dicha, el espectáculo era, sino instructivo, si divertido.
En sus ratos ociosos Jordi Tomate, un sibarita de la lengua, se dedicaba con esmerado arte a criticar los hablares de los obreros. Un día, guasón, le dijo al cantante guitarrista:
- utilizas demasiado el “que” en tus frases.
Al día siguiente, se oyó una canción por el pueblo:
Que te pasa compadre – Que de que me dices tu que – Si a mi gusta salpicar mis canciones - con un que muy sabroson - a ti que – que que re que que - que que re que que - que no, que si – claro que ademas de guasa y pimienta - un poco de que – para completar la mezcla - y que el conjunto quede a mi manera - que que re que que – que que re que que - que te pasa compadre – que estas tan tocado que pareces un que puesto del revés – que que re que que – que que re que que– que de que me dices tu que – que si, que no – que a mi no me toques el que – o no me va a quedar mas remedio compadre – que decirte – que te den…. – que re que que – que re que que.
“Que” le dieran…. Era el verdadero problema del Tomate. Es “que” no encontraba a nadie “que” le diera….
En un principio Porra-Porra despertó poca curiosidad. Tan solo algunos excursionistas se dejaron caer por el pueblo. Viendo el taller de réciclage, el bar, la Pirula y su tarot, la Boulette y Shrinapuri no dejaban de pensar en un grupo desfasado de hippies.
- Nada….. ahí tan inocentes a su rollo, tan felices. Eso, si chico en el pueblo se respira un aire único. Mira, en serio, te alegra el corazón, te relaja, no se como explicártelo. Yo a mi suegra, cuando viene a comer y pasar la tarde dominical con nosotros la llevo de paseo a Porra-Porra, mano de santo, después de la comida a roncar y yo puedo ver el partido tranquilo.
La voz corrió y los domingos fueron, desde entonces, muy animados en Porra-Porra.
La Pirula, vestida de gitana, bajo la higuera, lo pasaba bastante mal, no tenia ni puñetera idea del tarot. El problema era cuando alguien recurría a sus servicios más de dos veces y acababan diciéndole:
- Oiga, que esta misma carta me salio la semana pasada y no tenia el mismo significado.
Entonces la Pirula se adentraba por un laberinto de explicaciones donde ella misma se acababa perdiendo. Nadie entendía nada. Pero bueno, por alguna casualidad de la vida, a la hora de leer el tarot tenía un porcentaje bastante alto de aciertos, los suficientes para hacerla disfrutar de cierta reputación.
Sin embargo, la que invariablemente disfrutaba todos los domingos de un exitazo, era la vaca Shrinipuri. Los visitantes, solían hacerse fotos a su lado antes de echar unas monedas al estanque. La fama de la vaca fue en aumento cuando en la ciudad vecina se comento que, a un ciudadano, le toco un hermoso pellizco de la lotería después de haber pasado el décimo por el lomo de Shrinipuri.
Todos los lunes se recogían las monedas del estanque, no en su totalidad, pero casi y se contaban en vista del reparto entre la Boulette y compañía, entonces Karmelita, solía decir:
- ahí que ver, gana más dinero la vaca que todos nosotros juntos.
En la ciudad vecina JR Babon se había hecho colega de los colegas del Cholo.
Este sábado de madrugada saliendo de la discoteca, donde la venta de la maria, había ido viento en porro, se dirigía hacia la estación para coger el primer tren hacia el pueblo. Ante un edificio, un scooter motor en marcha. Miro a su alrededor y vio al otro chaval a medias entre portal y calle dando los últimos besos de despedida a la novia.
El Babon con su asombrosa facilidad para apropiarse las pertenencias ajenas, subió al scooter, giro el manillar, el motor soltó un furioso gruñido antes de salir escopetado calle adelante.
El otro reconoció de inmediato el inequívoco ruido de su scooter, soltó a la novia, corrió como un condenado hasta la calzada justo para ver el culo de su moto alejarse a toda velocidad.
- ¡La puta leche! ¡La madre que te parió cabron!
Antes de que la oscuridad se tragara por completo a moto y ladrón si tuvo tiempo de reconocer al Babon (mala suerte, era un colega del Cholo).
- ¡La ostia! Ladrón de mierda te vas a enterar.
Fue a la comisaría donde puso una denuncia, y dio pelos y señales de JR Babon.
Domingo, seis de la tarde, las calles de Porra-Porra están llenas de visitantes, el Babon aun durmiendo la resaca porrera del día anterior, un coche de policía se detiene ante la higuera, un policía baja:
- Perdone señora, estamos buscando a JR Babon Guarrisson, donde puedo encontrarlo.
- Vive en la segunda casa de esta calle, a mano derecha.
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El policía hace ademán de irse, entonces la Pirula adelanta una cestita en mimbre puesta al lado del Tarot.
- Para la lectura del Tarot existen tarifas. Pero para las pequeñas informaciones de este tipo es la voluntad.
- ¡Con que la voluntad¡ ¿Tiene una licencia del ayuntamiento para la venta ambulante?
- Bueno, vale, lo uno por lo otro.
Karmelita abre la puerta, los policías se presentan, preguntan por JR, entonces, ella, señala con la mano derecha hacia la cocina, el Babon acaba de levantarse y anda hurgando en la nevera en busca de comida.
- Nos tienes que seguir a la comisaría por el robo del scooter, que justamente tienes aparcado delante de casa.
- No es un robo. Estaba motor en marcha y llaves puestas. Además es de un colega.
- Justamente tu colega ha puesto una denuncia.
JR Babon, fue juzgado y condenado a una semana en el calabozo para refrescarle las ideas.
En la comisaría, uno de los polis comento a sus compañeros de curro:
- un autentico hijo de puta. Hará cosa de unos meses me encuentro a ese pajarraco en el Parque central prendiendo fuego a una papelera. Impido el incidente, le explico que dañar la propiedad publica e incluso poner en peligro vidas ajenas, es sancionable. Y va el muy cabron, me suelta una metrallada de insultos que no me atrevo ni a repetirlos. Mira, me entraron unas ganas de partirle el morro de un porrazo que ni os cuento. Ni siquiera lo detuve, me largué, porque con un cabron así, en un momento de olvido, se busca uno la ruina.
En la cárcel modelo situada en las afueras de la ciudad, el Babon ocupo sus días, durante una semana, a recoger patatas en el campo.
De vuelta a Porra-Porra, contó a la Pirula y compañía que había estado en Las Vegas con unos amigos, pasando las noches en los casinos y durmiendo durante el día. Una semana de lujo total.
El Tomate, constato:
- Que moreno esta. Quizás las lámparas de los Casinos de las Vegas sean bronceadoras.
María Pirula instalada bajo la higuera, con su atuendo de gitana empezaba a mostrar signos de insatisfacción profesional. Estaba claro que el tarot no era lo suyo.
Después de un mes de dura reflexión, llego al fin la idea.
Estaba claro que Porra-Porra escaseaba en distracciones. Tanto los trabajadores de la plantación como los visitantes, cada vez más numerosos, haciendo abstracción del bar Bora-Bora, no tenían nada para divertirse.
Cuando el Babon, a las cinco de la tarde se despertó para echar una meada, la Pirula lo interpelo antes de que volviera al catre para fumar su primer porro.
- Babon, tengo un encargo para ti. Necesito un traje de crupier lo antes posible. Y no te pases con el dinero que me vas a pedir por el.
Por la noche el Babon se dejo caer en el casino de la ciudad vecina. Se estuvo moviendo un largo rato entre mesas de juego y maquinas “tragaperras” hasta que ubico la puerta por donde entraba y salía el personal a la hora de cambiar de turno.
Se acerco, pego su oreja a la puerta. Ningún ruido. La abrió lentamente, miro. Vacía. Entonces entro. Abrió las taquillas, una a una hasta encontrar un traje de crupier de la talla de la Pirula. De paso se llevo un chaquetón de cuero y una chaqueta de ante marrón, en perfecto estado; prendas por las que sabia poder obtener un buen precio.
Salio discretamente con el botín en la mochila y salio a la calle sin ningún problema.
En Porra-Porra, vendió el chaquetón de cuero y la chaqueta de ante marrón a dos de los trabajadores de la plantación y el traje de crupier se lo dejo a la Pirula a “precio de amigo”.
El sábado por la tarde, unas cuantas horas antes del primer partido, la Pirula se planto debajo de la higuera, trajeada de crupier. En la mesa las cartas del tarot dejaron sitio a dos montones de papeletas y un letrero: “Apuestas deportivas”.
Los clientes acodados a la barra del Bora-Bora la vieron, se acercaron a curiosear:
- ¿Que esta haciendo usted madrecita Pirula?
- A partir de ahora podréis vivir la emoción del juego. Apostar por un equipo u otro. ¿Qué equipo ganara? La apuesta es de 5euros y según el equipo por el que hayáis apostado os daré una papeleta azul o rosa con el importe de la apuesta y el nombre del equipo para evitar así todo tipo de ambigüedad. La administración, aquí presente, se queda con el 10% de la suma de las apuestas.
Después del discursillo, la Pirula se sentó, bajo la higuera, bolígrafo en mano, con su traje recién estrenado de crupier, esperando a que los primeros jugadores hicieran sus apuestas.
La casualidad. Siempre la casualidad. Parecía que la casualidad se había pegado al culo de Karmelita Marcha Atrás y no la soltaba. En fin, fue por casualidad que encontró en el vertedero una carretada de zapatos, los unos usados y los otros nuevos, sin duda de un muestrario, pues tan solo había un zapato, sin su gemelo, ya fuera el del pie izquierdo o derecho.
Cargo los zapatos en el coche del Cholo. Mejor dicho inundo el coche del Cholo bajo una avalancha zapatera. Zapatos en el cofre, en el asiento trasero hasta el techo, zapatos en el asiento delantero. El Cholo al volante, rodeado de zapatos, conducía malhumorado.
- Joder, este olor a pies se va a quedar incrustado en el coche. Entre que el otro día, el Babon se quito las deportivas para rascarse los pies y tuve que tener el coche durante toda una semana ventanas abiertas para que saliera el tufo. Ahora esto. Que mala suerte, la os..a. Si no fuera por el cultivo y el dinero que me llevo ya me habría largado de aquí hace mucho. Joder. Que engrase de tornillos en la sesera necesitan estos sub-normales.
Ante la casa de la Familia (Pirula y compañía), el Cholo pregunto a Karmelita:
- Llevo los zapatos al taller de recuperación.
- No, no, pásalos para mi habitación.
Mientras descargaba la mercancía, el Cholo murmuraba:
- ¡Que alucine, macho, que alucine!
Karmelita Marcha Atrás, paso toda la noche rodeada de zapatos, mirándolos uno a uno, haciéndolos girar entre sus manos. El tacto, el olor, la forma todo ello despertaba en ella una excitación tal que comprendió en ese preciso momento todo el significado de la palabra “fetichista”. Excitada, excitadísima, estaba Karmelita Marcha Atrás, acababa de descubrir una nueva faceta de su personalidad.
Los zapatos quedaron definitivamente integrados en la decoración de su habitación.
Acostumbrada a la movida de la Kapital, se aburría en Porra-Porra, entonces para poner alguna distracción mas en las escasas del pueblo, instauro todos los lunes el strip-póker. Los trabajadores de la plantación se apuntaron con mucho gusto. Karmelita hacia trampas descaradamente, hacia trampas, lo nunca visto, para perder.
Un ramalazo artístico sacudió, en esa misma época, la mente de la Pirula. El detonador fue una veta de arcille encontrada al pie de la higuera. Solía, mientras atendía su oficina de apuestas, jugar con la arcilla. Le daba formas; diferentes formas, aunque todas terminaban con forma de polla. Que le vamos a hacer el subconsciente siempre acaba traicionándonos.
Se aficiono a la arcilla. Las estatuillas cada vez se hicieron más grandes, algunas alcanzaban la estatura de una persona. Más o menos, 1m70 de alto por medio metro de ancho. Después tuvo la idea de pintarlas con diferentes motivos y colores. Como todo artista sintió, entonces en su carne, la imperiosa necesidad de exponer su obra. Dado el tamaño, las coloco en diferentes puntos de Porra-Porra.
A Fariña’s le encanto la idea.
- Porque no pones una de esas… bueno…. Diría pollas…. No se María Pirula…. Lo que es…. Pero, yo, sinceramente, eso me hace pensar en una polla… quizás mis tendencias sexuales influencien mi interpretación…. de la cosa…como… vete tu a saber…En fin pon una de tus obras de arte à la entrada del bar, así con colores alegres y motivos exóticos donde figure la inscripción: “Bar Bora-Bora”.
La Pirula encantada acepto.
El pueblo, con los menires artísticos de la Pirula, quedo muy original y divertido, fue un aliciente mas para los visitantes del domingo.
El obrero cantante guitarrista, aprovecho una explanada, que, entre polla y polla quedaba como un escenario. Todos los domingos, cantaba para un público cada vez más numeroso.
La Pirula, entre la oficina de apuestas bajo la higuera y su nueva actividad artística no paraba. Nuevos encargos le llegaban, ya fuera por parte de Jordi Tomate, la Boulette, Fariña’s y karmelita que le pidieron una serie de obras de diferentes tamaños (muy específicos) para uso personal y los encargos de mayor envergadura, para adornar algún jardín privado de la ciudad vecina, discoteca o bar “picaron”.
JR Babon también encargo uno para regalárselo a Don Catalino Avaricio.
En cuanto a Mafio Mafioso, muy al tanto de Porra-Porra estaba encantando, al fin y al cabo con tantos visitantes nadie sospecharía de una plantación de marihuana clandestina. Desde su yate navegando por aguas caribeñas, llamo al Cholo.
- Cholo, dile a la Pirula, que nos haga una de sus ….. bueno quiero decir uno de esos… menires, lo quiero gigante, para ponerlo entre el vertedero y la carretera principal que va hacia la ciudad. Quiero colores de lo mas vistosos con una flecha indicando la pequeña carretera hacia el pueblo y una inscripción “Porra-Porra, es la poya”.
Desde la Kapital, el Director de Kakypublicity, ha llegado en su limusina, publicitaria por supuesto, a Porra-Porra. Quiere hablar con Jordi Tomate.
Sentados en la terraza del Bora-Bora le expone su proposición laboral.
- Necesitamos a alguien como tu para dos anuncios publicitarios el uno es para “chupa-chups” y el otro para los zumos de tomate “Tomatón-Ton-Ton”.
Encantado de poder “chupar” cámara otra vez el Tomate acepta sin más.
El rodaje de los dos anuncios duro quince días al cabo de los cuales, los telespectadores, podemos disfrutar de estas dos joyas de la historia de la publicidad. ¿No los habéis visto? No pasa nada, os doy una breve descripción:
En el primero vemos al presentador mas chupón de la tele (incluso ha escrito un folleto, en su momento, intitulado “las 10 reglas de oro del chupón profesional”) sentado en una butaca color fresa y nata, las piernas cruzadas, chupa-chups en boca, saca la lengua (tan grande como la de una vaca. ¡Joder¡ ¿Cómo le puede caber en la boca?) Antes de decir:
- Chupa, que chupa, que chupa, chupa-chups, que gusto que da el chupa-chups que sea de nata, que sea de fresa que sea de lo que sea que gusto, que gusto. Chupa, que chupa, que chupa el chupa-chups.
(desde el anuncio Chupa-Chups Fariña’s no cesa de repetir a Jordi Tomate: “No te me acerques. Me oyes….ni se te ocurra acercarte…”
En el segundo lo vemos ataviado con un traje de drácula ahincar ferozmente las caninas en un enorme tomate antes de pegar su boca como una ventosa a la delicada piel roja y chupa (no si no te digo yo lo que hay), chupa que chupa hasta dejarlo vacío de su jugo. Entonces aparece uno de sus colegas con un tetra-brik en mano y le dice:
- no seas anticuado, hombre. Los zumos “Tomatón-Ton-Ton” te lo ponen fácil. Una pajita y a chupar. Disfruta el placer de todo el sabor del tomate con “Tomatón-Ton-Ton”.
Bueno, así fueron los comienzos de Porra-Porra
Alexys Fernandez Artos
