Las empresas gallegas de Internet están contagiadas de los acontecimientos mundiales de las últimas semanas y expectantes ante el inicio de las hostilidades el pasado domingo. Nada se está moviendo estos días. No hay novedades en el sector y por no haber, no hay ni mensajes en los foros y listas de discusión.
Estamos tan acostumbrados a mirar a nuestro alrededor que nos contagiamos de los miedos de los demás, y nos paramos esperando ser capaces de escudriñar el futuro... de los otros, mientras olvidamos el nuestro.
La red es un medio global, alejado de fronteras geográficas reales o ficticias, sin embargo, muchas de las iniciativas que se están desarrollando en nuestra comunidad están totalmente orientadas al internauta gallego y esa es la ventaja de la que sacar partido.
También hace falta más asociacionismo y colaboración. Es la base para poder crecer y aprovechar la fuerza individual para hacer una presión mayor. En las reuniones informales de los Last Friday organizados hasta ahora han faltado, con honrosas excepciones, las grandes empresas. Quizás están tan pagados de si mismos que creen que pueden llevar adelante sus proyectos sin sinergias.
Por otra parte la administración pública sigue sin una política clara y concreta de potenciación de las tecnologías. La Xunta de Galicia ha presentado el "Libro Blanco de la Sociedad de Información de Galicia" desarrollado por Telefónica. Merece un aprobado como folletín de difusión de lo que se puede lograr con la implantación de las tecnologías en diferentes áreas. Lamentablemente merece un rotundo suspenso en su adecuación a la realidad gallega. Y siguen faltando propuestas concretas y acciones encaminadas a relanzar la que puede ser una gran oportunidad de futuro de nuestra Comunidad.
Mientras tanto el tiempo sigue pasando y los trenes tecnológicos suelen pasar demasiado rápido. Deberíamos ser una sociedad, como la irlandesa que con una estructura geográfica similar a la gallega, ha sabido, en el plazo de pocos años, convertirse en un referente tecnológico en Europa.
