Hace ya unos días que se hablaba de Boris Izaguirre, como finalista del Planeta,ese premio literario del que los puretashablan tan mal, pero que todos quisieran ganar, aunque fuera por encargo.Yo hace años que conocí al protagonista de esta columna e incluso había leido un par de sus libro, Fetichey Glamur,siempre le consideré un buen escritor.
Debo de reconocer que pensaba que Laranunca le daría el premio. Ya era suficiente con haberselo dado el pasado año a un homosexual, Alvaro Pombo,como para repetir este año con alguien del mismo palo.Además Boris,no es un homosexual al uso, es un maricón en toda regla, que presume de ello. Es un histrióncon estilo, que se descojona de las normas, que desmitifica lo sagrado y que ha sido pionero en hacer una televisión mezcla del tachíny del colorín, que sin ningún pudor muestra sus diminutas vergüenzas haciendo un juego, de lo que otros harían un problema.
Es mucho más culto que la gran mayoría de personajes y personajillos que le rodean, tiene una ironía que requiere un cierto nivel para ser entendida, sabe ponerse a la altura de cualquier garrobo corregido (que se lo pregunten a su compañera de Channel nº4),y sin maltratar al ignorante, sabe marcar las diferencias. Es evidente que me gusta, me gusta mucho. Creo que hace una televisión de entretenimiento diferente a esa ingente cantidad de mindundisque aparecen en las pantallas, y por eso me alegra que le hayan dado este premio.
Espero que continúe igual de desenfadado, de frívolo, de rompedor. Es bueno el programa que hacen en la Cuatro, muy bueno si lo comparamos con otros similares de cadenas generalistas, y esta tarde cuando vi el homenaje que le daban sus compañeros decidí desde esta humilde columnita brindarle el mio propio. Enhorabuena Boris.