Me parece grave, muy grave. Sin embargo no me sorprende. Que unos adolescentes se pongan de acuerdo para grabar unas escenas pornográficas y luego venderlas al Tomate,es una prueba evidente del concepto que tienen de los contenidos del programa. Todo vale con tal de que huela.Está claro que el problema serio lo tienen los jóvenes, pero no es menos cierto que las cabezas pensantes del programa, que seguro que las tiene, deberían plantearse la imagen que trasmiten a muchos telespectadores, capaces de cometer cualquier tropelía para figurar en su sumario. Ese concepto de que cuanto más arrastraosea lo que hagamos, más van a pagarnos, supongo que no estaría en el ideariodel programa, pero lo cierto es que no se aleja excesivamente de la realidad del mismo. Me parece algo muy serio. Se han sobrepasado ya los límites de mostrar el mosqueodel famosete, las críticas a la Milápor empeñarse en tratar como hombre a la mujerona amorosade Gran Hermano,el afán por demostrarnos lo mucho que trabajan y la cantidad de dinero que ganan, currantestotales como laEstebano el novio de la Obregón, esta influencia del todo sirvey del todo puede enseñarse,me parece excesivamente peligrosa. Lo que no entiendo es que existiendo, como parece ser que existe, una comisión para controlarel contenido de los programas, hace la vista gordafrente a tales despropósitos y sin embargo pone el grito en el cielo, porque se diga que la ministra Álvarezsalvó su cartera gracias a cinco votos, cuando en realidad solo fueron tres los que la sacaron del atolladero, y uno de ellos fue el suyo. Por cierto que el gran Hilario Pino,continúa empeñado un día después, en que fueron cinco...¡Vaya cadena! Y es la más vista.
Perdonen que insista, pero no puedo por menos, la entrevista, o lo que fuera aquello, del José Javier a la hija de la Campos, creo que la han pedido varias facultades de periodismo para explicar a sus alumnos lo que es una entrevista patética. Ella que no quería hablar de sus intimidades y terminó diciéndonos todo, menos el color de su ropa interior, y él entre tímido, coqueto y avergonzado, nos dieron una imagen perfecta de lo que es una pareja reconciliada. Eso si, Tereludejó muy claro que para qué se iban a ir juntos a la cama. Tiene razón. Evidentemente la entrevista no estaba preparada. ¡Vaya par de caraduras! pero sin gracia.