Está claro que pretender que una televisión no tenga una parte de show,es una completa estupidez. Y sin ninguna duda uno de los ingredientes mas sabrosos de ese espectáculo es el morbo. Y así es como lo entienden casi todas las cabezas mandantesen la gran mayoría de cadenas del mundo. Lo que ocurre es que muchas veces el morbo supera cualquier cantidad razonable. Así por ejemplo es la única forma de entender como la televisión privada austríaca Puls 4,ha contratado por una cifra similar a la que cobraría una estrella de Hollywood a Natascha Kampusch,que no es ni más ni menos que la chiquita de 19 años, que se pasó ocho secuestrada por un taraoen el sótano de una casa. Pues nada, que la joven ex secuestrada pretende entrevistar a las primeras figuras del país, desde un prisma íntimo y personal, algo así como el Loco de la Colinaen versión austríaca. Estoy segura que o la apoyancon muchos cuñaos,o el programa durará mientras dure el morbo de ver en directo, a alguien que se pasó un montón de años en un zulo. De cualquier manera el negocio está servido. Hasta la gran CNNamericana sucumbe frente a fichajes estrella. Y aunque no es lo mismo, porque este ni estuvo secuestrado ocho años, ni tiene diecinueve y sobre todo el amigo en cuestión, ha ganado el Pulitzermás aplaudido de los últimos cuarenta años, pues ha fichado al periodista más golfode los EEUU. Carl Bernstein, aquel que junto a su colega J. Woodwardsacaron a la luz pública el caso Watergate,que mandó al paro a R. Nixon.Normal, si no fuera por la vida de crápulaque se ha pegado este tipo, después de lo que supuso el gran baldón de su carrera. Tras escribir junto al entonces su amigo, un par de libros y el guión para la película Todos los hombres del Presidente,que supuso un importante éxito comercial, su único papel conocido ha sido escribir una biografía no autorizada de Hillary Clinton,y compartir trajíncon cuantas señoras estupendas le salieron al paso, desde la embajadora inglesa en USA, a la mismísima Bianca Jager,pasando por Liz Tayloro Celine Dion.Un buen pájaro el amigo que ahora está dispuesto a volver, con el firme deseo de ponerle complicado la rentréen la Casa Blanca, a la mujer del saxofonista. En fin que en todos los sitios cuecen habas, y que con tal de pelearpor las audiencias, las teles fichan desde príncipes herederos, a yogurinessecuestrados o a periodistas golfos, aunque luego tengan la poca vergüenza de censurar Barrio Sésamo,y es que el morbo, es el morbo.