Los había escuchado en numerosas ocasiones. !Menudo tándem¡ Prácticamente nunca había coincidido con sus criterios, me parecían dos mindundisbien colocaos, que sin oficio ni beneficio, y con unos méritos desconocidos, habían conseguido sentarse delante de un micrófono y se atrevían a sentar cátedra. Nada que objetar, porque con ese currículo hay montones, y estos, Josemi y Enrique Miguel,se limitaban a hablar de la Cuqui, la Puchi y la marquesa de Rabogordo,con más o menos gracia y siguiendo un guión que aunque más bien flojo, solía tener su aquello por lo atípico y absurdo, a la vez repartían unas normas de protocolo y compostura,de las que evidentemente habían cursado los correspondientes estudios, y la cosa quedaba entre ji y ja. Lo insólito viene hoy cuando el colaborador andaluz, que al parecer es ahora gerifalte de La Razón,se mete en camisas de once varas y descalifica a la Casa del Príncipe de Asturias por consentir que la heredera del heredero, es decir la niña Leonor, fuera ayer al circo en compañía de sus abuelos maternos. !Pero quienes son estos tipos¡ ¡Hay que ser cretinos! Y el gallego apostillando la teoría de su colega. Miren ustedes el mayor mérito que puede tener nuestra monarquía es la de estar próximos al pueblo, algo que ustedes a pesar de ser auténticos donnadies, ni están ni se les espera. Me parece fenomenal que la niña vaya con sus abuelos a una sesión de circo o de lo que sea, evidentemente con la seguridad que sin duda llevaba y que requiere su rango. Además de horteras e ignorantes, son ustedes antiguos.
Me quedé sorprendida la otra tarde cuando en el Tomatenos colocaron un reportaje de Playboy,con poco pelo pero muchas señales. Yo pensaba que la televisión esa de las doce causas perdidas, tenía entre ellas la de no soltar pornografía en ningún horario, pero claro mucho menos en horario protegidoy en plenas vacaciones escolares. Pero aqui está visto que vale todo. Si se baja la audiencia, se colocan unas tetas y un culo (masculino o femenino por aquello de la ley de paridad) y enseguida volvemos a los índices habituales, porque aquí nadie dice nada de nada. Está visto que con el titular o el suplente (este no sé si es gay) el Tomatesigue en su línea.