“Vosotros sois la sal de la tierra", (Mateo.5:13). Creo que en un listado de frases desafortunadas esta ocuparía un lugar bastante alto. Al margen de posibles interpretaciones simbólicas, la interpretación literal es realmente mala. La sal común es capaz de acabar con toda la vida vegetal de un terreno.
Cuando Roma decidió destruir Cartago por completo utilizo un arado para esparcir grandes cantidades de sal y volver su tierra de cultivo totalmente improductiva. Ya entonces se conocía como utilizar sales solubles para impedir el crecimiento de las plantas. Esparcirlas por un campo era como envenenarlo por muy largos periodos de tiempo. Para comprender la causa es necesario ver como funcionan las plantas.
En una anotación anterior, explique como un árbol utiliza la presión osmótica para elevar el agua desde sus raíces hasta la última hoja de su copa. Puede hacerlo porque la concentración de sales dentro de sus células es muy superior a la concentración en el terreno. Por ello, cuantas mas sales contenga el terreno mas difícil y trabajoso le resulta. Por esta razón, muchas plantas son incapaces de sobrevivir en marismas y otros terrenos cercanos al mar. El agua es abundante pero la planta es incapaz de absorberla. Al igual que nosotros, el agua salada puede matarlas.
Salinización por evaporación Fuente: F.A.O.
Cualquier terreno tiene una cierta concentración de sales, especialmente cloruro sódico, pero la forma en que lo utilicemos puede aumentar mucho su concentración. Un ejemplo son los métodos de riego superficial por inmersión o por canales. Al formar una capa de agua sobre el terreno permitimos que una parte se evapore y dejando atrás sus sales. Este fenómeno es especialmente grave en terrenos áridos o semideserticos donde se instalan sistemas de riesgo artificial. Por otro lado, empapamos totalmente el suelo, lo que disuelve las sales ya presente. Si el terreno tiene desniveles, el agua puede desplazarse a las zonas mas bajas provocando que las sales se concentren hasta niveles peligrosos. Así un agricultor puede, sin saberlo, dañar permanentemente los cultivos de un vecino. Otro efecto aún menos visible, pero mas peligroso, es la filtración de agua marina en las aguas subterráneas ocasionada por la multiplicación de pozos para extraer agua que vacían los acuíferos cercanos a la costa. El agua salina ocupa el lugar del agua dulce y la sal comienza a acumularse. Peor aún es la utilización directa de sal para mantener limpias las carreteras. Esta sal afecta a las plantas situadas a su alrededory son toneladas de material que pueden tardar décadas o siglos en volver al mar.
Como bien sabían los romanos, es mucho más fácil añadir sal que eliminarla. La salinización inutiliza cada año entre un 1-2% de los terrenos de regadío en el mundo. Y estos son los terrenos más productivos para la agricultura. Las únicas medidas efectivas son el cambio a plantas mas resistentes, cuando existen, o un costoso “lavado” del terreno empleando grandes cantidades de agua dulce. A largo plazo, nos estamos haciendo la guerra a nosotros mismos.
Fuente:
La sal de la tierra