EL INFIERNO REVOLUCIONADO
Por fin muere Javier Arzallus y Dios y el Diablo se pelean porque ninguno de los dos quiere tenerlo a su lado hasta el día del Juicio Final y mucho menos el resto de la Eternidad, por lo que deciden recurrir a una comisión que propone que alterne un mes en el Cielo y otro en el Infierno hasta el día del juicio.
El primer mes, Arzallus va al cielo y al poco tiempo Dios no sabe que hacer con él, ya que lo vuelve loco con las ideas que tiene y con los cambios que está realizando. El jesuita se mete en todo: En el cielo ha creado una zona para albergar a las almas procedentes de las colonias vascongadas, con una ikurriña gigante en la que reza la frase: 'Ongi Etorri. Entra usted en El Edén Euskaldún'.
Todo ello amenizado con un grupo de espatadanchas que dan la bienvenida a las almas procedentes de Euskalherría. A los que llegan con el carnet del PNV, el Egin de Euskera, el RH negativo y más de 20 apellidos vascos les nombra Eusko-Arcángeles con un sueldazo celestial y les sienta a la derecha del Aitá, al que por cierto le ha sustituido el triángulo de la cabeza por un auburu y le ha cambiado el cargo de Dios por el de Lehendakari.
Ha nombrado Eusko-Angeles a todos los miembros de la Mesa Nacional de Herri Batasuna y les ha cambiado el uniforme blanco angelical por un kaiku de cuadritos azules y verdes y chapela.
Ha cambiado el nombre de los Santos y los Apóstoles pasando a llamarse: San Jon, San Koldo, San Míkel, San Andoni, etc. etc. Las almas que están en el Cielo no saben que hacer con él y Dios no ve la hora de que se cumpla el día 30 para que se largue al infierno. Cuando Arzallus hace las maletas y se va rumbo al infierno, Dios respira aliviado, pero al acercarse el día 30 comienza a sufrir nuevamente pensando que tiene que volver a verlo.
Sin embargo llegó el día 1 y Arzallus no aparece. Llego el día 5 y sigue sin dar señales de vida. Dios estaba feliz pero... luego se queda pensando que acaso se haya quedado más tiempo en el infierno y pueda tocarle tenerlo dos meses seguidos en el Paraíso. Con solo pensarlo se desespera y Dios decide llamar por teléfono el infierno para preguntarles que es lo que ocurre:
- Ring... ring... ríng... ! y contesta un diablo recepcionista
- Egun on...
- ¿Es el Infierno?
- Bai bai.
- Soy Dios y le pido por favor que me hable en cristiano.
- Vale - dice el recepcionista en voz baja para que no le oigan.
- Por favor, quiero hablar con el demonio.
- ¿Con cuál de los dos, el colorado con cuernos o el hijo puta de la chapela?