· El ordenador siempre lleva razón
Corolario: Los programadores ocasionalmente.
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· La cantidad de tiempo empleado en depurar un programa resulta inversamente proporcional a la cantidad de tiempo que se asigna para hacerlo.
Corolario: Ningún programa funcionará a la primera, al menos, que virtualmente se disponga de tiempo ilimitado para completarlo.
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· Cualquier programador es capaz de encontrar el 90% de sus bugs, intentando explicar su/s programas a alguien poco o nada interesado en el/los mismos.
Corlario: El alguien poco interesado en el asunto, podría estar durmiendo la siesta, muerto, podría no ser humano e incluso llevado a situaciones extremas, hasta podría ni ser real.
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· Los problemas más complicados que se le presentan a un programador, incluso los que rayan en lo imposible, resultan obvios, o increíblemente fáciles de resolver, al profano en la materia.
Corolario: Los problemas que para un programador son sencillos de resolver, se muestran como tareas inalcanzables, o incluso que entran en el campo de las maravillas, para el profano en la materia.
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· Los ordenadores nunca son más inteligentes que sus programadores.
Corolario: La mayoría de los ordenadores son inusualmente estúpidos.
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· Todos aquellos bugs de cualquier Sistema Operativo, o el esfuerzo en programación que representa la creación del sistema en sí mismo, deberán siempre ser explicitados con todo lujo de detalles al potencial cliente/usuario.
Corolario: Este tipo de bugs raramente se replican, y más allá, incluso ni siquiera pueden ser localizados.
Corolario 2: El cliente/usuario nunca adquirirá programas que no hayan sido expuestos a bugs como medida de verificación de la calidad de los mismos.
Corolario 3: Muchos programas no son susceptibles de comercializarse.
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