Uno de los anhelos de todos los seres humanos es ver el rostro de Dios, el pueblo de Israel lo deseaba, quizás como lo anhelas tú o yo. Y esta idea y anhelo del corazón humano lo expresa de manera clara el salmo 27:8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová.
Sin embargo en esencia no podemos ver el rostro de Dios, porque tenemos una percepción equivocada de lo que ello significa, quizás esperando que suceda como un milagro y nos olvidamos que esto es algo que debemos desear y... Ver más anhelar con tanta fuerza, quizás como deseamos el aire para respirar o el alimento para vivir, además de ser una actitud de vida, de un esfuerzo de fe para agradar al Señor de la Vida. ¡Buscad a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente! 1 Crónicas 16, 11.
Una búsqueda que implique el reconocimiento de que solo en el Señor encontraremos el sentido de la vida, la razón de ser de nuestro existir, y que el Señor solo se complace en los íntegros, en quienes hacemos su voluntad, en quienes le amamos y amarle es cumplir sus mandamientos. Salmo 16:2 Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.16:3 Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia. Y todo ello porque el Señor es un Dios de justicia, de verdad, y solo el hombre recto vera su rostro, vera su gloria y su majestuosidad. Salmos 11:7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro. Quizás porque en ese sentido de justicia, veremos y reconoceremos la presencia maravillosa del Señor en cada hermano y hermana y haremos con ellos lo que queremos que se nos haga, teniendo la convicción que lo que hagamos con ellos lo hacemos con Dios y para Dios. Por ello nuestro actuar debe estar signado por la coherencia y la verdad y ser uno y el mismo en la iglesia, en el culto, como en la casa, la oficina y el vecindario. Y solo en esa media, en la vivencia de la palabra, en la comunión con el espíritu, en la fraternidad con el hermano podremos despertar o ser conscientes de la presencia del Señor en cada ser humano. Salmos 17:15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza. Una semejanza que solo es posible descubrirla cuando vivamos movidos en la seguridad de la sabiduría y el poder del señor, rechazando toda falsa doctrina, negándonos a todo fundamento humano y someternos al señorío y el poder de Dios. 1 Corintios 2:5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Solo basta decir: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Hebreos 12:14. Porque el Señor se complace en los limpios de corazón y tu eres uno de los y ellas. Mateo 5, 8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Un abrazo en el Señor de la Vida.
Pastor Humberto Peñuela Varila
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