Sola, desahuciada,

esperando ver tu rostro a las 3 de la mañana,

anticipando el amanecer para pedirte perdón,

sabiendo que todo está mal,

que necesito oir tu voz.

Tomo en mi mano derecha,

Mi corazón, y el aliento que le queda,

Atravesado por una rosa negra;

Sangra sin cesar,

Esperando que tu aceite, vuelva para sanar.

Espero otra vez tu perdón,

Tu nueva misericordia,

Y mientras lágrimas que salen de mis ojos

se suicidan lentamente;

Voces en mi mente,

luchan con discordia.

Espero tu Espíritu,

Porque no aguanto una noche más,

Sin descansar en tu presencia

Sin buscarte al despertar.

Tu te haz vuelto mi deseo

Mi infinita necesidad;

Sin ti en mi corazón hay una grieta

Que, se desangra sin parar.

Caigo infinitamente

En un pozo sin salida,

Esperando nuevamente

Que tu mano me de vida.

Mi alma agoniza sin parar

En una cama de puntillas;

Necesito despertar,

Salir de esta pesadilla.

 Solo tu puedes hacerlo

Poderoso rey de reyes;

Solo tu puedes hacerlo,

Quebranta todas mis leyes.

Quebranta las cadenas

Que aprisionan mi alma;

Quita los demonios

Que se mofan en mi cama.

Necesito tu refrescante Espíritu Santo,

Porque este sofocante infierno

Poco a poco me está matando.

Ya no aguanto más...

Odio, desesperación, inseguridad, dolor;

Ya no aguanto más,

El estar refugiada en el manto del temor.

Tómame tu Jesús,

Porque mi suelo se ha desecho;

Ahora mi único deseo

Es reposar en tu lecho.