No se si es el hecho de levantarme pronto , o el café mañanero, o llevar a mi hijo al colegio. El caso es que estos días que lo llevo, en el camino de vuelta me pongo a pensar. Y eso, siendo quien soy, no es muy bueno...
El tema es que estoy preocupado por las generaciones futuras. Por que yo tengo una teoría sobre las generaciones.
Me explico: cada generación sale peor que la anterior hasta que llega un punto en el que sale tan mal y tan perdida de la vida, que vuelve a empezar (igualito que la vida, oye).
Por ejemplo, generaciones malas que han sido el comienzo de buenas fueron las de Hitler y Franco (aunque estos dos, aparte de ser de generación mala, salieron rotos desde un principio). Y claro, viendo cómo es mi generación, me preocupo por la de mi hijo, por que si va a ser peor, lo de la gripe aviar va a ser una mísera congestión a su lado.
Lo peor es que hoy, cuando he llegado a su colegio, estaba nevando. Y a todos los chavales les ha ocurrido lo que a muchos de mi generación los sábados noche: han visto la nieve y se han puesto eufóricos... Claro, esto lo hacen con 7 años y con la nieve que cae del cielo... ¿Y si se queda con restos psicológicos? ¿Y si cada vez que vea polvos blanco se pone eufórico? El día que le vea cerca de la caja de detergente empezaré a sospechar...
Bueno como os decía hoy me ha tocado llevar a mi hijo al colegio, y me he quedado impresionado de cómo cambian los tiempos... Yo de pequeño jugaba a las chapas, trapicheaba ilegalmente con cromos y, de vez en cuando, nos tirábamos piedras para hacernos una brecha en la cabeza por que creíamos que de mayores fardaríamos más (tengo una que lo demuestra). Ahora, todo esto (las piedras, las chapas, los cromos) lo han monopolizado los tazos...
¿Los tazos? ¿Qué es eso? Vienen a ser una chapa de plástico pisada varias veces. Parece ser que hubo antes un intento de monopolio con unos tazos más finos y menos duros pero claro, esto a los niños no les hacía gracia por que no hacían daño. Siiii, amigos, es que han sustituido los tazos por las piedras...
Además, igual que nosotros trapicheabamos con los cromos, los niños de ahora lo hacen también con los tazos, pero le dan un toque más 'mafioso' yéndose a las esquinas del patio y cambiando a Picachu por Vejigasaur en un movimiento que el policía de turno (la 'Rottenmeyer', que este mote no pasa de moda con los años) no ve por que no está ni en el patio...
Bueno, y lo peor es cuando entran. Eso es una mezcla entre la mili y los San Fermines. Primer toque de timbre ¿para qué? para que se pongan en fila y bien firmes antes de entrar. Segundo toque: se aparta todo bicho viviente de su camino, no sea que los arroyen. Tercer toque: abren la puerta y los niños, cuales toros en San Fermín, salen hechando leches para clase, sin tener compasión de lo que se encuentran por medio.
En fin... si es lo que yo pienso: no cambian los tiempos, todo es igual que antes. Lo único que cambian son los medios (como los programas de cocina que hay por todas las cadenas. Todos iguales, solo cambian al cocinero )