REAL COMO LA VIDA MISMA
Hace tiempo que tuve un problema con mi rodilla; concretamente me rompí el menisco durante las vacaciones estivales.
Me operaron y estoy asistiendo a la rehabilitación diaria, por prescripción de mi médico.
Ahora, después de casi cuatro meses, he seguido asistiendo al fisioterapeuta religiosamente todos los días siempre a las 12’00 h..
Ayer me hice daño en los ejercicios y pedí hora para mañana a mi cirujano, quien me dijo que me presentara al día siguiente en su consulta sobre las 13’00 h.
Estando en la carretera, camino a la oficina, tuve una retención de tráfico en mi rutinario recorrido. Hubo un accidente muy aparatoso.
El caso es que cuando me levanto por las mañanas, lo primero que hago es tomarme el café, fumarme mi correspondiente cigarrillo he ir directamente al trono con un periódico: cosa que hoy no puede realizar, no se porqué a veces fallan estas cosas, sería debido a mi prisa por la cita previamente acordada y mi entrada en la empresa.... que hace tiempo que estoy de baja.
Cuando estaba en pleno atasco, de repente, sentí lo que denominamos un apretón, o sea ganas de soltar un pequeño aire.... Cual fue mi sorpresa que al soltarlo, solté algo más que aire..... una pequeña ración de aire mezclado con caldo. ¡¡Que espanto, que horror....!!, lo que creí que iba ha ser un cuesco, se había convertido en consomé. Y yo metido en el atasco.....
En fin, solo me limité a sudar como un pollo y apretar los carrillos fuertemente para que el impregne no saliera de entre los glúteos y atravesara la ropa empapando la tapicería del vehículo, que encima es de color crema.
Por fin llegué a mi despacho y allí, después de dirigirme al WC y desprenderme de los calzoncillos envueltos en papel higiénico, aseándome todo lo posible y me quedé trabajando en mi despacho terminando unos asuntillos pendiente y esperando que llegara la hora de ir a la cita previa de mi médico.
Finalmente llegó la hora de ir.... y cuando llego me encuentro con que mi médico habitual no podía atenderme y me pasan a una compañera, o sea una médico que conocía de vista y que además estaba estupenda, es decir, de impresión....
Cuando entro en la consulta, lo primero que me dice es que me quite los pantalones para verme la pierna y yo, sin acordarme lo que me había ocurrido en la mañana....
comencé a desvestirme..., de repente me vino a la cabeza lo que pasó y que no llevaba calzoncillos...
En fin, solo se que yo quería transmitirle lo acontecido y no era capaz, mientras me iba desabrochando el pantalón y temblándome las piernas....
Joé, que apuro..., además soy enormemente pudoroso...., me fijé que cuando me bajé los pantalones, ella se fijaba en algo que no era precisamente la rodilla.... ¡¡ Que horror!!.
A ver cómo se explica aquello que nadie sabe explicar.
Había que ver como un paciente que le van ha observar la rodilla, se queda impávido con los pantalones bajados, sin 'gallumbos' y enseñando todo aquello que uno no desea enseñar para un caso como este.
¡¡Seguro que se pensaría que soy un fanático del sexo o algo similar!!