Sol y edad

Tal y como el sol transita.
Llegaste y te fuiste en silencio.
Amaneciste un día frente a mí,
calidez esperada y luminosa,
y, deslumbrado, me acostumbré
a disfrutarte diariamente.
Y llegué a pensar
que así sería eternamente.
Pero todo amanecer tiene su ocaso.
Y, una tarde cualquiera, me lo diste.
Cada tarde muere ahora entristecida.
Pero eso no es todo cuanto se apaga.
La mañana alegre y nueva
ya no se queda en casa.
Asoma de prisa, se levanta y arranca,
sin preguntar nada, me ignora.
Y yo también la ignoro, sin rencores.
Sol o frío. Distante. Indiferente.
Y así transcurre todo, sin novedad.
Sol, edad. Soledad. Sol o edad. Solo edad.

Fuente: Sol y edad