Del libro: "Huellas de de una vida"
Qué bonito sería, unidos los humanos,
diseñáramos de este mundo una buena habitación,
y lo embelleciéramos como buenos artesanos,
e hiciéramos que imperen la justicia y la razón,
todos, todos lo gozáramos como buenos hermanos,
en paz, con amor, de corazón a corazón.
Qué bonito sería que en esta convivencia humana,
actuáramos siempre con demostraciones sinceras,
que no hubiese conflicto que no se allana,
sea en casa o más allá de nuestras fronteras,
todo este mundo fuese una comunidad hermana,
que intercambia el uso de las buenas maneras,
respeto y justicia sea el escudo que engalana
la dignidad del hombre y los colores de todas las banderas
Qué bonito sería que todos los vecinos
nos demos los buenos días de buen humor,
y qué bonito sería que todos los caminos
que tracemos nos llevaran a un mundo mejor,
emplear esta vida como buenos peregrinos
servir, dar de si, mitigar un dolor.
Y qué bonito sería que nuestra mente consejera
nos dictara sus aciertos de buenas relaciones,
qué bonito sería que una paloma mensajera
llevara los buenos oficios entre todas las naciones,
en este mundillo, donde nuestra estancia es pasajera,
seamos hermanos, emplear de lleno los corazones.
Y qué bonito sería que todas las razas
disfrutaran de este suelo de igual a igual,
que no hubiese temores, nada de amenazas,
sino relaciones humanas que tuviesen un solo ideal,
los derechos del hombre son patrimonio de las masas,
la fuerza impuesta no cuenta como recurso legal.
Y qué bonito sería que nuestro mundo aplicara
la sentencia del buen juez, como mejor disciplina,
los pueblos sin el poder de las armas que los ampara,
durmieran tranquilos, sin el temor de una agresión vecina,
grandes y chicos gozáramos una convivencia cara a cara,
la dignidad y el respeto imperen como única doctrina.
Y qué bonito sería que, éste, nuestro único viaje,
deje sus buenas siembras mientras dure la vida,
y en tanto disfrutamos de este mundo su paisaje,
dejamos buenas huellas de nuestra venida,
una vez ya cumplido dignamente nuestro mensaje,
tengamos merecida y honrosa despedida.
Y qué bonito sería si los que tienen
el dinero, tuvieses la virtud de la bondad,
y en su afán de mucho acaparar detienen
un tanto a sus afanes, su velocidad,
y qué bonito sería que en su corazón mantienen
siempre encendida una flama de humanidad;
las buenas acciones dejan memorias, nunca mueren,
sino duran y perduran por toda la eternidad.