Poema número 43 de 'Gritos sin voz, lágrimas sin llanto'
Pensando en ti me quito de encima mi pena,
estoy, como dicen, como un loco con su tema,
para mí aún no ha llegado la hora de la rendición,
entre miradas extrañas te canto esta canción.
Soy demasiado joven para morir ahora,
quiero vivir, díselo a quien nunca ahoga,
que se lleve a otro cualquiera, no a mí,
si me voy no podré estar junto a ti.
Soy de esos viejos roqueros que nunca mueren,
de esos héroes que todo lo pueden,
así escúchame pequeña, presta atención,
afino mi guitarra y te canto esta canción.
Sobre las rocas del acantilado clamo al cielo,
nunca he tenido ni amo ni Dios sobre mí,
aún no ha llegado mi hora para morir,
dile al Altísimo que contigo me quedo.
No voy a irme y quedarme sin tus besos,
que mi escudo espere a tenerme sobre él,
escucha el último aviso para subir al tren,
con él parto, pero volveré pronto, te lo prometo.
En cada paso que doy tú me ayudas, sólo tú,
juego con mi destino, saludo a Belcebú,
nos amamos, das fuerzas a mi corazón,
sólo a ti puedo dedicar esta canción.
La distancia que nos separa no puede con el amor,
nuestro amor no es el verdadero, ¿qué más da?
mas está por encima de todo, de cualquier Dios,
ni él ni nadie, escúchame, amarte me impedirá.
Por lúgubres caminos pasa el tren de mi vida,
tren que he cogido, tren que no te olvida,
en la luna me parece verte, sólo es una ilusión,
imaginando tu rostro te escribo esta canción.
Sobre las rocas del acantilado clamo al cielo,
nunca he tenido ni amo ni Dios sobre mí,
aún no ha llegado mi hora para morir,
dile al Altísimo que contigo me quedo.
No voy a irme y quedarme sin tus besos,
que mi escudo espere a tenerme sobre él,
escucha el último aviso para subir al tren,
con él parto, pero volveré pronto, te lo prometo.
El tiempo pasa y sigo recordándote,
porque hasta que muera seguiré amándote,
no suspires al recordar el tiempo pasado,
porque aún hoy de ti sigo enamorado.
Nosotros somos más que unas simples canciones,
para que tengas miedo no tienes razones,
en tu fortaleza encuentro motivos para vivir,
sabes que después de ti no quiero morir.
Sin dejar de pensar en ti un solo minuto,
cantándote para que no te vistas de luto,
el tiempo pasa y ya regreso, mi amor,
escucha mi voz mientras te canto esta canción.
Sobre las rocas del acantilado clamo al cielo,
nunca he tenido ni amo ni Dios sobre mí,
aún no ha llegado mi hora para morir,
dile al Altísimo que contigo me quedo.
No voy a irme y quedarme sin tus besos,
que mi escudo espere a tenerme sobre él,
escucha el último aviso para subir al tren,
con él parto, pero volveré pronto, te lo prometo.
Mi viaje ha terminado, regresé como prometí,
nos besamos donde ayer nos dijimos adiós,
los días y los meses no han pasado para los dos,
el mundo nos tiene de nuevo felices, aquí.
Te noto temblorosa entre mis brazos, llorando,
murmullas un poco entre sollozos, te beso,
no quieres escuchar mis palabras, sólo eso,
besar mis labios, tenerme a tu lado.
Mucho tiempo ha de pasar para marcharme,
sólo tengo una razón para quedarme,
esa razón eres tú, lo que más quiero, sólo tú,
salvándome de la muerte, quien me salva eres tú.
Sin tu sonrisa mi vida no tiene sentido,
abrazarte, quedarme a tu lado dormido,
tenerte para darte un beso en nuestro rincón,
inspirarme para componerte nuestra canción.
Sobre las rocas del acantilado clamo al cielo,
nunca he tenido ni amo ni Dios sobre mí,
aún no ha llegado mi hora para morir,
dile al Altísimo que contigo me quedo.
No voy a irme y quedarme sin tus besos,
que mi escudo espere a tenerme sobre él,
escucha el último aviso para subir al tren,
con él parto, pero volveré pronto, te lo prometo.
