Uno puede muchas cosas
,estando aislado mas o menos,
las manchas de humedad me dicen tantas cosas
y yo les doy formas, son mis nubes .
La primera mujer esta allí ,
en el rincón de la esquina,
bondadosa, docente, dulce,
veo los tamariscos,
su cadera, hasta la luz de su goce.
De pronto y por mis ojos,
todas están allí,
y yo también,
casi al centro,
bueno tal vez me pongo allí.
El silencio es total,cuando las botas,
paseándose por el pasillo,
los sonidos son mios,
salen de mi,
cubren lo que yo quiera.
Hasta el silencio de la muerte es un sonido.
Hace frío, mucho,
me cala los huesos,
me quita , me quita,
física de primer año:
el frío no existe,
pero que lo hay, lo hay.
He adelgazado?
No lo se,
ni siquiera tengo el cinturón para medirlo,
y no hay espejo, ni reflejos-
No me siento liviano.
Como todo ,
cuando esta,
a toda hora,
los sonidos de comer son aquí bálsamo.
Masticar se ha vuelto casi filosófico.
Y vienen a mirarme mudos,
duros, contenidos.
Yo los miro sin desprecio,
creo los traspaso.
No son nada.
Se que estoy vivo,
me toco, estoy,
siento mi mano en mi cadera,
el calor de mi piel.
Ya la falta de colchón ,
y de luz son amigas,
el piso frío es mi amigo,
la puerta mi compañera.
Yo soy su amigo.
Los muros a quien pone afuera?
A mi o a ellos?
Es importante saber donde es afuera,
para saber si uno esta dentro.
Fuente:
Nubes en las paredes
