Los cantos que se fueron

Los cantos que se fueron
 

Cierto es que una vez te dije que te amaba como a nadie,

y entonces era mi innegable verdad; cierto que nunca

fui así de feliz sino estando a tu lado, dormido o despierto,

saboreando los tallarines con salsa de queso parmesano

que cocinabas solamente los domingos al mediodía,

mientras yo tocaba en la guitarra los gemidos de un bolero

Todo esto era nuestro día a día, hiciera sol o lloviera a cántaros,

jugueteando con el futuro dibujando sueños, persiguiendo nubes,

observando las piruetas del gato ceniza recogido de la calle,

del cual sentía un poco de celos cuando dormitaba en tu regazo

Sin embargo, la vida guarda sus insospechadas sorpresas, y

en medio de aquello que se consideraba algo inamovible

se estaba gestando un alto en el camino, a pesar nuestro,

despertándonos un día con la frialdad en las paredes

No hubo regreso al tiempo ido, roto, convertido en recuerdo,

nada pudo hacer que en tu jardín florecieran los gladiolos

Se fue la risa como una visitante apresurada, dejándonos

sus ecos, como cantos que nunca los cantamos...