Seguros de accidentes

Después de mucho tiempo sin verse, Juan se encuentra a Pedro, que va con dos muletas, un collarín, una pierna enyesada y una cara reflejando gran dolor.

- ¡Pedro! ¿Qué te ha ocurrido?

- Pues ya ves. ¿Recuerdas el accidente de tren que hubo hace seis meses, con tantas víctimas ? Pues yo iba en ese tren.

- ¡Dios! Y sigues con tantas secuelas. Es increible. ¡Y qué dicen los médicos?

- Pues chico que no comprenden loo que me pasa. Yo sigo teniendo dolores en toda la columna vertebral, el cuello no puedo girarlo, la pierna ...... ¡Bah! Dejemos eso, tengo la suficiente confianza contigo. En realidad no me sucede nada, los médicos están cansados de verme por rayos, por resonancia, etc. etc. y no comprenden como puedo sentir esos dolores tan intensos, y al final el seguro de coches accidentes ha consentido en pagarme una indemnización bastante elevada dentro de unos días.

- Pues muy bien, pero .... yo me pregunto que harás tú cuando recibas la indemnización, ¿seguir con el mismo papel?

- No hombre, no. Pasado un mes o dos, un día me iré a Lourdes....... y ¡MILAGRO! ¡MILAGRO!