Monólogo corto de mi propia cosecha.
Este era un hombre al que le gustaba mucho leer el períodico. Y lo leía todos los días. Incluída la sección política. Claro, tanto leer esas noticias de que tú has dicho, yo he dicho, tú has hecho, no debías haber hecho, no debías haber dicho.. y eso día tras día termina por llegar a ponerle uno muy harto. Hasta los cojones, vamos. Y ahí es a donde llegaron esas noticias: a los cojones. Y eso, señores, es muy peligroso. Sí, muy peligroso. Porque si hubieran llegado al estómago, por ejemplo, no hubieran tenido grandes consecuencias: una buena digestión y a la mierda.
Pero no, llegaron a los cojones. Una parte de la anatomía masculina que, aparte de ser bastante íntima, tiene cosas dentro. ¿Cosas? ¡No¡ !Gente¡ Gente, sí. ¿O qué se creen que son los espermatozoides? ¿Zampaburus chiquitajos?
!Pues no¡ NO olvidemos que de esos bichos pequeños luego crecemos y nos hacemos... Iba a decir hombres, pero bueno, cada uno se hace lo que puede. Vamos, que no son bichos, sino niños pequeñitos. Y piensan. Unos mal y otros bien, pero piensan.
Y claro, con eso de llegar la prensa a los cojones empezaron a leer y a enterarse de que existía la Pantoja, Dª Leonor, Chiquito de la Calzada y LA POLITICA. Esto revolucionó al personal. O a la bichería. Como quieran llamarlo. Porque claro, enseguida se vió que había espermatozoides de izquierdas y de derechas. Los del centro lo tenían más duro. A veces.
Hubo momentos que las cosas se pusieron muy feas. Muy de mala leche, vamos.
Pero todo se arregla. Se formaron sus partidos políticos, hubo sus asambleas... Todo siguió su curso natural.
Y entonces empezaron las reinvindaciones comunes. Aquellas cosas en que todos estaban de acuerdo.
Resulta que este señor, aparte de leer el períodico, también hacía otras cosas. Bueno, sí esas cosas que estais pensando, pero con preservativo. Siempre con preservativo.
Y claro, la cosa hay que reconocer que resulta frustante. Hay que ponernos en el lugar del espermatozoide medio. Toda la vida preparándose para el gran momento, haciendo ejercicios, entrenamiento intensivo para llegar el primero y resulta que cuando sales disparado para la gran final, te meten en una bolsa de plástico y te tiran a la basura.
Bueno, si eso fuera sólo de vez encuando, pues bien, ya sabes que a el que le toca le toca, pero que SIEMPRE sea así, pues como que no. Que ¿Para qué se va a entrenar uno? Para ir a la basura no hace falta entrenamiento. Y claro, se genera mal ambiente. Allí el espermatozoide-sargento con el un dos, un dos, un dos y los reclutas tirados por el suelo con un 'anda que te den' que no veas.
Y, por fin, gracias al sistema democrático, previo paso por las urnas, se planteó el problema en asamblea general.
Unos abogaban por quedarse tocándose los mismísimos todo el día y se acabó. Otros por no salir, que no deja de ser una forma de protestar bastante evidente. Pero surgió una voz brillante y enaltecedora, una voz... pues eso, que en todas partes hay un líder y entre los bichos también.
Y ésta fue su propuesta:
-Cada vez que llega el momento salimos todos corriendo en motrollón enpujándonos unos a otros. Pero esta vez vamos a prepararnos para romper esa enorme bolsa de basura.
Si en vez de salir así, como a borbotones, salimos empujando todos a la vez pero en un sólo punto... La bolsa se romperá y por el agujero que hagamos podremos pasar y ... !A seguir la carrera¡
Para eso cuento con la colaboración de todos vosotros... y bla bla bla. (ya sabeis: lo de siempre)-
Bueno, pues así lo hicieron. Entrenaron como locos y cuando llegó el momento, se pusieron todos en fila a la espera de la señal. Empezaron un balanceo hacia adelante y hacia atrás y a la de tres.. !empujaron con todas sus fuerzas todos a la vez¡ El preservativo se rompió y por ese agujerito salieron a toda velocidad hacia su destino cuando de repente se oyó una voz, la del espermatozoide que iba en cabeza, que gritaba:!Traición¡ ¡Traición¡ !MIERDA¡
Si es lo que digo yo, que la política sólo sirve para llevarnos a la M...