PULPOS ACTORES
El príncipe Rainiero de Mónaco, no tenía ni la mas mínima idea de las técnicas del cine,a pesar de haberse casado con Grace kelly. En cierta ocasión en un rodaje de una película en aguas de la costa azul y que iba de pulpos gigantes que atacaban a los submarinistas, el príncipe estaba convencido que los pulpos eran de verdad, cuando de dió cuenta que eran de goma se llevó una gran decepción, y le dijo al Director que porqué no hacían el film mas verosímil empleando un pulpo de verdad, a lo que el director le contestó: Alteza, los pulpos no son como las personas, ellos no se dejan dirigir.
MENDIGOS ILUSTRES
Errol Flynn era muy dado a gastar bromas y disfrazarse, en su maletín siempre llevaba un par de narices postizas ,cuando quería pasear tranquilo y tomarse una cerveza en un bar como cualquier mortal, solía colocarse una de esas narices postizas que le hacían pasar desapercibido, y bendecía su anonimato. El explicaba que no hay mejor artilugio para cambiar la cara que una naríz postiza bien hecha y colocada.
En cierta ocasión y bajo los efluvios del alcohol, él y John Barrymore se disfrazaron de mendigos y se apostaron una cena a quién lo hacía mejor el trofeo para saber quién había ganado era el que consiguiera mas monedas, la apuesta terminó en empate, ya que apenas apostarse en los dominios de los mendigos fueron corridos casi a patadas, la explicación que sus colegas de ocasión les dieron fue que ellos habían adquirido unos derechos y no permitían que unos advenedizos les hicieran la competencia.
ONCE DEDOS PARA TOCAR EL PIANO
A Errol Flynn no le bastaban los diez dedos de sus manos para tocar el piano,tenía uno supletorio,pero lo tenía en la entrepierna, y era mucho mas grande que los otros. En sus fiestas que eran muy largas y continuas solía tocar el piano...¡ con su pene!.
BROMA MACABRA
Cuando murió John Barrymore a causa de la cirrosis hepática causada por haberse bebido todo el alcohol de Los Ángeles, su amigo del alma y de juergas (mas bien de éstas) Raoul Walsh ,bajo los efectos de una borrachera descomunal sacó del tanatorio el cadáver de John Barrymore lo llevó a la casa de Errol Flynn y lo sentó en su sillón favorito poniéndole a su lado una botella y un vaso de wihsky,cuando Errol llegó a su casa y encendió la luz,se encontró con aquella aparición.dándole un susto de muerte,al salir corriendo despavorido le gritaron ¡Errol! Errol¡ es una broma! ¡vaya broma! y...¡ vaya amigos!.
Se cuenta que estos mismos amigos cuando Errol Flynn falleció,le metieron en el ataud varias botellas de vodka ¿para que siguiera de juerga en el otro mundo? no lo había estado ya suficientemente en este?.
A PREGUNTAS NECIAS....
A Groucho Marx le preguntó una vez un periodista si Groucho era su nombre de pila, no le respondió el gran humorista muy serio,por supuesto que no es mi nombre real...lo estoy amaestrando para un amigo, le contestó el gran actor cómico.
PAJAROS DE MADERA PARA UNA VENGANZA
Alfred Hitchcock estaba tan obsesionado con Tippi Hedren,la protagonista femenina del film los pájaros,que no soportó que esta lo rechazase,por eso cuando en las escenas en las que grandes pájaros de madera atacaban a la bella actríz,no encontró mejor medio de vengarse que dejar que unos de estos pájaros le hicieran una brecha en la cabeza y le ocasionara un desprendimiento de retina,mientras esto no se produjo no deló de decir ¡corten la toma ha sido buena!.
LA MUERTE VISITA HOLLYWOOD
Esto no se puede considerar una anécdota sino una maldición. En los años que va de 1955 a 1962 en un período de solo siete años, desaparecieron uno tras otro una pléyade de grandes actores que fueron durante décadas lo mas granado y significativo del cine de Hollywood, algunos de ellos fallecieron en plena juventud y otros relativamente jóvenes, primero fue James Dean dos años mas tarde en 1957 Humphrey Bogart, al año siguiente le tocaba el turno a Tyrone Power que moría en pleno rodaje de Salomón y la reina de Saba, un año después fallecería Errol Flynn en 1959, en 1960 Clark Gable poco despues de haber intervenido en el film vidas rebeldes, al año siguiente le llegaba el turno a Gary Cooper, y un año mas tarde se suicidaría Marilyn Monroe, una racha implacable de muertes de estrellas del cine que con su magia y esplendor hicieron soñar a una generación de espectadores bajo la iluminada pantalla de una sala de cine.