Pasar unas vacaciones en un camping con tienda de campaña es bastante rentable a nivel económico si lo comparamos con el alquiler de un apartamento o con la reserva en un hotel, un hostal o una casa rural; sin embargo no es la única virtud, tal y como veremos.
En los últimos años el nivel adquisitivo de las familias ha bajado considerablemente y, aunque los campings han tenido abundantes usuarios, ahora cada vez más gente opta por esta opción. En la actualidad los campings suelen tener para sus clientes bastantes servicios y comodidades en sus instalaciones que hace unos años eran extrañas de encontrar o simplemente inexistentes: restaurante y bar, conexión wifi al menos en las zonas más importantes, acceso a internet, teléfono, electricidad en la parcela, aseos cómodos, instalaciones deportivas como pistas de tenis o padel, piscinas, supermercado, lavandería, fregadero para los platos, lavado de coches o columpios, entre otros.
Teniendo en cuenta esta gama de servicios- que puede verse aumentada según aumenta la categoría del campamento- el coste económico resulta muy rentable: se paga por el terreno y el número de personas. Además del aspecto económico, en los campings también se enriquece el aspecto vital, ya que la experiencia se vive de forma más directa con el medio.
Podemos encontrar infinidad de ellos en lugares de un valor natural y estético únicos: al lado del mar o en plenos Parques Naturales. De esta forma el viajero vive de forma más intensa sus vacaciones, ya que está mucho más en contacto con la naturaleza que si estuviese en un hotel alojado. Tampoco hay que olvidar que, aunque en un camping existen unasreglas básicas de respeto hacia los demás acampados, las normas son mucho menos rigurosas que en un hotel. Nadie controla tanto a qué hora se entra o se sale y no suele haber horarios límite para nada.