HERMANO DE NEPTUNO
Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
Vivía el gesto elástico y venerable anciano
El tiempo doblado y esférico Pitágoras programable
Vibración en unidad y disco duro reblandecido
Una constancia razonable por las arañas y sus redes...
Ese venerable anciano era un gran fluir de sueño
Que domaba los torbellinos y corregía el curso de los días
Y con solo transmutar una calma y obediencia al tiempo
Y respirando armonía y sosiego avispado...
Su pensamiento vigoroso de Titán, sin hundirse como el mágico
Transatlántico de vacíos ricos y retorcidos carbones
A través de las escotillas y los senos sagrados enormes
Lagos subterráneos de las vírgenes sacrificadas y acuosas...
Ese anciano se volvía jóven a voluntad de espejo y reflejo
Y a cada nuevo espejo introvertido interrogaba
Floreciendo...Recapacitando...Meditando...
¡La pestilencia y podredumbre del humano codicioso absurdo!
No esperaba más, y simplemente contemplaba y contemplaba...
Hipócritas...Arrogantes...Retorcidos e Improvisados directivos vanos...
Y seguí y seguí al venerable anciano...
Y en cada tiempo enfermizo, pensaba osado...
Como un sano oso, como una luz que carece de sombra
Y su venerable cordura invitaba a todas las cautelas
Vivía tolerando las orillas, los caos y anarquías...
Y simplemente se tornaba transparente...
Agua de nube...Arena de playa y fuego
Leyenda y coyuntura escala fluyendo
Regios misterios otentosos, carne de ignorantes
Mundos subatómicos, en espacios indeterminados...
Y con la energía de su masa salían los fotones
Y con la antimateria se bañó sonriendo
Animando las entrañas de su esencia
Silencia elocuencia emergía maravillosa...
Con cada gesto, elástico y como liga cada templo
Plegaria auténtica de la nobleza, templanza y honor...
¡Sin exhibición!, Siempre un esplendoroso arrojo sin cerrojo
Ojo celeste ciego al dolor humano desalmado solitario...
Un infinito frío de caverna y un amén perpetuo y sanguinario...
El venerable fué anciano, jóven contemplación verdadera y atractiva
Un día con acierto se tornó invisible...
Y ahora, ¡Oh, esté ahora su presencia sin ausencia permanente!
Sé que vivía en cada gota en las lluvias del océano
Y que era el venerable hermano eterno con el agua.
___Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
Fuente:
Hermano de Neptuno