El signo de nuestra llama

A orillas del mar, virtudes y vicios muestran su faz humana. Nada hay más real que el impulso vivificante, que la inteligencia e imaginación apartando velos de oscurecimiento, falsas corazas y máscaras de vaciedad. Un remolino de viento nos despierta del letargo, levanta nuestro decaído vuelo, nos conduce hasta esferas donde nuestro pecho se inflama de un amor generoso. Ahí disfrutamos de la belleza del alma, en un océano sin conflicto, en una extraña región donde la conciencia es verdadero espejo del alma. Entonces, a orillas del mar virtudes y vicios son sendero de nuestra vida, el signo de nuestra llama. Juan-José Reyes Ríos Extracto del poemario “Fábula y poesía”. Web: http://www.galeon.com/jjreyesrios