Cuentos y relatos

Suave, fresco, el rocío sobre el césped acaricia la piel de mis pies descalzos. Es temprano, asoma perezoso eljerarca del día, acariciando son sus tímidos dedos de oro las hojas del jardín. Un día más y perfecto, una nueva oportunidad de alegría que nos regala la vida cada amanecer. Es un otoño templado, agradable y hermoso, florecen las rosas y las diferentes tonalidades de colores se instalan poco a poco en plantas y árboles. 

 La calma de un atardecer me da la señal esperada. Sé que ya no habrá noches de ansiedad ni desvelos. Tampoco llanto.

 Sí, estoy dispuesto a hacerlo. Estoy harto de todo, absolutamente de toda la mierda que me rodea. Esos perros quieren impedirlo a toda costa. Lo más importante es cuidar la mercancía. La mercancía soy yo. Pero ya estoy harto, no me importa nada. ¿Para qué vivir una vida que no me pertenece? ¿Para qué una existencia condenada a una esclavitud más allá de toda ética y toda dignidad? Esas son cosas que la Corporación desconoce.

 En ocasiones esta en mi cerebro y me da ordenes es en esos momentos cuando golpeo y maltrato a las personas que consigo en la calle también a animales .por eso ya no tengo amigos casi nadie se me acerca y todos dicen que estoy loco. Nadie me da empleo y cuando logro que me acepten entonces comienza a darme ordenes destrozo todo y me echan.

Malvada Locura 5 (Quinto relato de la serie Malvada Locura)   Ya no recuerdo, ni cuando, ni como sucedió: sólo recuerdo que él vino una noche, envuelto en un olor a flores marchitas, tomó mi voz y se fue dejándome mudo para siempre. Desde entonces no he vuelto a pronunciar una sola palabra. Quisiera volver a escuchar mi voz, quisiera gritar bien alto mi nombre... pero sobre todo, quisiera pedirle que no se vaya, cuando entra cada mañana en mi habitación para hablarme como si yo pudiera contestarle. “Nunca hablará”, le...

Los seres humanos disfrutamos de libre albedrío, ¿verdad? Gracias a Dios precisamente. Que tal albedrío en libertad dice el diccionario que es la: “Potestad de obrar por reflexión y elección”. Aunque hay que tener en cuenta, a los efectos timbrados o no, que no hay que llevarse por la quinta acepción de obrar, o sea la que dice: “Evacuar el vientre, defecar”. Porque cuando a uno se le afloja el vientre a conciencia, por ejemplo después de comer berberechos en mal estado, también llamado estado interesante por los f...

Malvada Locura 4 (Cuarto relato de la serie Malvada Locura)   No lo entiendo Max, lo único que me tomo en serio es justamente lo que no me sale. No sé como hacerlo, ni sé si algún día lo conseguiré, pero si hay algo en este mundo que deseo, es que lo mío con M. empiece a funcionar realmente, sin peleas, sin discusiones. Lo deseo con todas mis fuerzas, te lo juro, así que me detengo a pensar seriamente antes de actuar, hago lo posible por no cagarla y terminar metido en una estúpida discusión, pero haga lo que haga, a...

LA VOZ INTERIOR (Fco. Sánchez)   Deambular por la vida es algo muy solitario. Todos nos sentimos solos, eso es algo que en la mayoría de los casos resulta inevitable. La mayoría de la gente trata de olvidar ese sentimiento recurriendo a diferentes historias; unos beben, otros toman pastillas u otros tipos de droga, alguno se montan sus propias realidades y otros, por ejemplo, no paran de hablar para no tener tiempo de pensar en ello. En cierta forma, nos hemos acostumbrado de tal forma a ese sentimiento que uno siempre acaba por ocultarlo en lo más hondo del ...

PREMONICION FATAL Son las doce con cincuenta y ocho minutos del medio día en el kilómetro ochenta de la Carretera Panamericana al sur de Lima, lugar en que el astro rey pareciera descargar toda su potencia en una zona desértica, el calor sofocante producía una sensación de bochorno; el Policía Cárdenas con su compañero de tripulación del patrullero el policía Romero, se aprestaban a tomar sus alimentos en el único restaurante del lugar. Ni bien habían probado los primeros bocados de su plato favorito, la sucu...

Contradicciones de un duende  “Nuestra historia terminó”. Qué fácil es decir esas tres palabras. ¿Y qué sabes tú de historias si jamás tuviste una real? No hablo por despecho, ni siquiera por desprecio. Al contrario me hieren más las promesas tuyas que esta simple declaración. No supiste amar al duende que pasó 1253 días a tu lado. Ni siquiera reconociste a este duende que te hizo poesía. Solo tenías que amarlo con verdad y con el corazón. Como aman las mujeres que tienen c&oa...