He leído mucho y aprendido mucho en teoría, pero los caminos recorridos me han enseñado más cosas de las cuales no hablan los libros. Don Atahualpa Yupanqui dice en uno de sus incontables versos creados: “…de eso no hablan los libros, la vida tiene otras letras…”. Es, sin duda, una gran verdad.
Ya ha amanecido… La noche se despidió de ti quedo, muy quedo y la Luna se posó sobre tu cara bañándola de luz y de mis miradas que recorrían una y mil veces tus ojos, tu nariz… hasta quedar grabadas tus facciones en mi Alma. Hasta el día supo de tu marcha y lloraba sobre tu ventana.Recuerdo, madre, y sonrío, cuando me regañabas y aún oigo tu voz cuando me decías: ¡Niña, apaga la luz!. Niña, ¿has hecho la cama?. Y voy y apago la luz y toco, acariciando, las camas reci...
La casa había quedado en penumbras. Ya había sonado el reloj de la torre del Ayuntamiento anunciando que la noche se acercaba. Poco a poco, los últimos rayos de sol se ocultaron tras unas nubes y lentamente fueron apagándose hasta extinguirse.
La primera vez que le vi fue a través de la mirilla de la puerta. Acababa de levantarme, eran las 10 de la mañana. Me había duchado despacio, y con la bata aún puesta, pues era mi intención gandulear durante todo el día, me preparé el desayuno: tostadas y café con leche. Aún estaba con la taza de café en la mano cuando sonó el timbre. Despotricando por la intromisión, pues había observado, que todo hijo de vecino que necesitaba entrar al edificio, capricho de los hados, supongo, llamaba a mi puerta: el ...
Rotxie era una niña pueblerina, poseía una simpática personalidad; su cálida frescura y espontáneidad hacían de ella una adolescente atrayente, aunque no era bella.
Tenía muchos amigos, varios de ellos varones que siempre la perseguían queriendo ser "novios".
Ella los trataba siempre con afecto, compartían juntos, inventaban aventuras y juegos pero jamás se enamoró de ninguno de ellos.
Una vez se mudó una familia extranjera al pueblo, y como allí casi nunca pasaba nada importante...
Los escasos recursos económicos de Dionisio por su humilde condición de obrero en construcción civil, no fue impedimento para hacer realdad el sueño mas anhelado de su querido hijo; en si, la idea también le fascinaba por que en el fondo de su ser se avivaba el fuego de su vocación policial frustrado por circunstancias imprevistas que se presentó en su juventud; ahora su hijo sería lo que él quiso y no pudo ser.
Los momentos de la graduación fueron los mas felices de su vida, la emoción le hacía imagina...
Querido, te eztrañamo:
Ya ze jueron 3 mese que partiste.
Cerraste la tranquera y te juiste azí nomá, sin despedirte.
Loa ájenle te acompaña y te ilumina el camino nuevo que decidiste tomar.
Triste y marchitas las flores del jardín, lloran tu auzencia, oOh! Gumerzindo.
Lo árbolitos unos ya secos, otros desnudos, rojos de vergüenza, coloridos de frío te llaman gritando...OOh! Gumerzindo.
Las naranjas arrancadas pintonas están sin jugo, han yenado las copas del penitente, se notan marc...
“A quién corresponda...”Fco. Sánchez“Estimado amigo o amiga, ¿Qué tal estás? Bueno, espero que te encuentres muy bien al recibo de mi carta. Esta noche me he decidido a escribirte, en realidad no sé por qué razón, tal vez la soledad me haya impulsado a ello, o tal vez solo sea el deseo de comprensión que supongo todos necesitamos, y que ahora inunda todos los rincones de mí corazón y me hace sentir una tristeza que necesito compartir por que, de lo contrario, creo que quebraría mi e...
Todavía no sé cómo ni porque transito las calles frías de este helado Buenos Aires de la mano de tu ausencia.
Los lugares que conocíamos y los nuevos que hoy encuentro los veo contigo. Me imagino tu sonrisa iluminándolos. Pero tú no estás.
Observo las vidrieras que rebozan con tus colores favoritos. Siento deseos de comprarte todas esas prendas. Te dibujo cada una en tu cuerpo. Tu cuerpo único, bello, estilizado. Pero solo son deseos.
Busco tu rostro en alguna mujer que pasa y. sin embargo, no lo encuentro. Pienso que quiz&aacut...
Acurrucado en un recoveco de la vida sufre el invierno Don Bocha. Cordobés que nació no sabe donde un día que ni sabe cuándo. Eso sí, entre las sierras del pueblo.
Tiene tantas historias como arrugas y tantas penas amontonadas en la espalda que camina medio encorvado con su envuelto de ropas a cuestas.
Vaya uno a saber porque está vivo ganándole a las escarchas y viendo pasar los tiempos. Regala una sonrisa y señala al que pasa cerca con su dedo índice.
-¡chau Don Bocha!-le dicen al pasar los niños que tienen el fu...
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